Romero Deschamps deja sindicato de Pemex

En medio de investigaciones por operaciones con recursos de procedencia ilícita y lavado de dinero y tras 26 años como líder del Sindicato de Trabajadores Petroleros de la República Mexicana (STPRM), Carlos Romero Deschamps, renunció ayer a la dirigencia, argumentando que existe un “escenario poco favorable” para desempeñar sus funciones al no haber cooperación con la actual administración.

Los 34 líderes de las secciones locales del sindicato de Petróleos Mexicanos (Pemex) fueron convocados ayer para una reunión urgente, donde el ex líder les comunicó que, con base en sus estatutos internos, presentaba su renuncia irrevocable al cargo.

Más parte, en un desplegado, Romero Deschamps señaló que “hoy, por razones poco claras, no observamos la cooperación que debe existir entre trabajadores y administración para impulsar proyectos que permitan el verdadero avance de Pemex hacia su consolidación (…) tal parece que se ha recrudecido la antigua posición de vernos como contrarios y no como complemento en la tarea de respaldar a Pemex”.

El ex líder petrolero justificó su renuncia por “un escenario poco favorable para el cabal cumplimiento de mi responsabilidad como secretario general, consciente de que mi compromiso fundamental es garantizar la estabilidad de nuestra organización sindical y la defensa de los derechos de los trabajadores he decidido presentar mi renuncia al cargo de secretario general del Comité Ejecutivo del Sindicato de Trabajadores Petroleros de la República Mexicana (…) lo haré con carácter de irrevocable para los fines consecuentes”.

Antes de irse, en su escrito, Carlos Romero aclaró que, a pesar de su renuncia, el gremio petrolero lo eligió para el periodo 2018-2024, “esa es nuestra realidad y no la de supuestos liderazgos, que promovidos por quienes sueñan por el control del sindicato, les abren espacios y respaldan en inútiles intentos de interesar a sus trabajadores”.

De acuerdo con los estatutos del sindicato de Pemex, la dirigencia interina será ocupada por Manuel Limón, quien acompañó a Romero Deschamps desde 1995 en diversos cargos sindicales. Hasta 2018 fungió como tesorero del STPRM, y actualmente, es diputado federal plurinominal por el PRI.

Aunque la Reforma Laboral, aprobada hace unos meses en el país, obliga a que se organicen elecciones por voto secreto y directo para las renovaciones de las dirigencias sindicales, existen líderes petroleros disidentes, como Mario Rubicel, que aseguran contar con el apoyo de la mayoría de trabajadores para asumir el cargo de inmediato.

Por separado, la Secretaría del Trabajo indicó que el sindicato de Pemex cuenta con 10 días para informar a la dependencia sobre las resoluciones que se tomaron en la asamblea extraordinaria, con lo que se conocerán los pasos a seguir para la renovación de la dirigencia.

AMLO se desmarca

Diana Benítez

Previo a que se diera la renuncia del líder petrolero, el presidente Andrés Manuel López Obrador indicó que nunca se reunió con él, y tampoco le solicitó audiencia.

“Por lo general no me reúno con dirigentes, en general, o sea, trato de ser cuidadoso. No tengo ningún problema con nadie, pero me gusta más reunirme con la gente”.

La primera ocasión en que el Presidente marcó su distancia con Romero Deschamps fue cuando éste no asistió a la reunión que tuvo con líderes sindicales en el marco del Día del Trabajo.

Una vida de escándalos

Ángel Cabrera

Con una vida de ostentación pública, escándalos, amparado por gobiernos del PRI y PAN, Carlos Romero Deschamps, ostentó la dirigencia del del Sindicato de Trabajadores Petroleros de la República Mexicana (STPRM) desde el 25 de junio de 1993.

Los gobiernos de Carlos Salinas de Gortari, Ernesto Zedillo, Vicente Fox, Felipe Calderón y Enrique Peña Nieto, se fotografiaron, respaldaron y negociaron con el líder petrolero, pese a un cúmulo de acusaciones en su contra por corrupción.

Líderes petroleros disidentes, consultados por este diario, señalaron extraoficialmente que durante los años que Romero Deschamps estuvo al frente del sindicato de Pemex, éste gremio se convirtió en una fuente de financiamiento de campañas políticas, así como uno con más acusaciones de malos manejos, desde venta de plazas hasta el cobro de moches por cada contrato firmado por la petrolera.

En la campaña del 2000, cuya elección fue ganada por Vicente Fox, el otrora Instituto Federal Electoral (IFE) descubrió que el sindicato de Pemex desvió 500 millones de pesos para la campaña de Francisco Labastida. Por ese hecho, conocido como Pemexgate, se impuso una multa al PRI por más de mil millones de pesos, pero el líder petrolero siguió en su cargo.

Otras de sus polémicas fueron generadas por la ostentación pública de lujos de sus familiares: en 2012 se conocieron fotos de su hija, Paulina Romero, con viajes alrededor del mundo, paseos en Yate y otras. Otra de las noticias de opulencia fue que regaló a su hijo José Carlos un auto Ferrari Enzo, con un valor de más de 20 millones de pesos.

Entre las acusaciones de sus propios agremiados, resalta que Pemex le otorgó un préstamo de 500 millones de pesos al sindicato para la construcción de viviendas; sin embargo, con más de 25 amparos interpuestos por Carlos Romero, la información sobre el destino del dinero permanece oculta.

En Pemex su salario nunca rebasó los 30 mil pesos mensuales, desde 1991 también ha sido dos veces senador de la República y dos veces diputado federal pero sus datos de su situación patrimonial siempre estuvieron ocultos.

Romero Deschamps, desde el 8 de febrero, ostenta un amparo de la justicia federal contra cualquier orden de aprehensión. Y desde la llegada al poder de Andrés Manuel López Obrador, se reveló que existían diversas investigaciones en su contra pero fue hasta ayer que decidió renunciar a la dirigencia del sindicato de Pemex, terminando con una era de 26 años marcados por la polémica.

 

LEG