Reino Unido alcanzó ayer un acuerdo de Brexit de último minuto con la Unión Europea (UE), pero se enfrenta ahora al reto de lograr su aprobación en el Parlamento británico.
“Cuando hay voluntad, hay acuerdo ¡y tenemos uno! Es un trato justo y equilibrado para la UE y Reino Unido que da fe de nuestro compromiso de encontrar soluciones”, tuiteó el presidente de la Comisión Europea, Jean-Claude Juncker, horas antes de la cumbre de la UE en Bruselas.
El acuerdo recibió el apoyo de los 27, Juncker elogió el nuevo documento que, aseguró, “salvaguarda la paz y la estabilidad en la isla de Irlanda”.
“Creo que es momento de completar el proceso de divorcio y seguir adelante”, agregó, “lo más rápidamente posible”.
De forma separada, el primer ministro británico, Boris Johnson, afirmó que se había logrado un gran acuerdo nuevo de Brexit.
Johnson espera conseguir la aprobación del trato en una votación que se celebrará en una sesión extraordinaria del Parlamento británico el sábado, para allanar el camino de un adiós ordenado del bloque el 31 de octubre.
No obstante, el Partido Unionista Democrático (DUP, por sus siglas en inglés), la formación norirlandesa que necesita Johnson para ratificar cualquier acuerdo, se negó a respaldar el pacto que fue alcanzado tras semanas de negociaciones.
Jeremy Corbyn, líder del Partido Laborista, la principal formación opositora británica, dijo en Bruselas que “no está feliz” con el trato y votará en contra.
El nudo: Irlanda
Los negociadores trabajaron de manera frenética esta semana para elaborar un proyecto de compromiso sobre la cuestión de la frontera irlandesa, el mayor obstáculo para el acuerdo.
Según el acuerdo, Irlanda del Norte cumplirá con ciertas normas del mercado único europeo, pero seguirá formando parte del territorio aduanero de Reino Unido, con lo que los controles aduaneros se realizarán en territorio británico y de esta manera se evita una frontera física en la República de Irlanda, para respetar los acuerdos previos.
No obstante, el DUP, que respalda al gobierno de Johnson, afirmó que el texto no es aceptable, una decisión que podría hacer que los partidarios de línea dura del Brexit en el seno de su propio Partido Conservador se opongan a la ratificación si no se garantizan cambios adicionales.
“Tal y como están las cosas, no podríamos apoyar lo que está siendo sugerido sobre aduanas y asuntos de consentimiento, y hay una falta de claridad sobre el IVA”, señalaron la líder del DUP, Arlene Foster, y su número dos, Nigel Dodds.
LEG