Todas y todos los mexicanos queremos vivir en un país donde impere el desarrollo, escuchamos esta palabra de manera reiterada en el discurso público como un destino final al que tratamos de llegar, pero no logramos arribar.
El desarrollo se ha identificado con el crecimiento económico, la modernización, la industrialización o los avances tecnológicos. Sin descartar estos elementos, coincido con el concepto de desarrollo propuesto por Amartya Sen, Premio Nobel de Economía, que lo considera como un proceso de expansión de las libertades reales que disfrutan las personas.
En ese mismo sentido, el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) ha sostenido que las personas son la verdadera riqueza de las naciones. El desarrollo humano va más allá del aumento o la disminución de los ingresos, pues se relaciona con la creación de un entorno donde los individuos puedan desplegar su máximo potencial y llevar adelante una vida productiva y creativa de acuerdo con sus necesidades e intereses.
Un Estado o ciudad será más o menos desarrollada en la medida en que garantice, además de la solidez económica, el funcionamiento de sus instituciones y el ejercicio de derechos, para que cada miembro de la sociedad tenga la vida que desea, pueda ser o hacer lo que quiera con los recursos que tiene a su alcance, en igualdad de condiciones.
La pobreza, la falta de oportunidades, la asimetría de derechos, la desatención de políticas públicas y de servicios básicos, tales como seguridad, justicia, educación, salud, vivienda, acceso al agua y a un medio ambiente sano, entre otros, son aspectos que impiden el desarrollo, pues afectan la libertad de las personas para potenciar sus capacidades.
El Índice de Desarrollo Humano es un indicador creado por el PNUD para determinar el nivel de desarrollo que tienen los países del mundo, de acuerdo con tres componentes: longevidad, educación e ingresos per cápita.
En 2017, según este índice, de un total de 189 países, los tres que encabezaron la clasificación mundial fueron Noruega, Suiza y Australia, mientras que en los últimos tres puestos estaban Sudán del Sur, República Centroafricana y Nigeria.
En dicho ranking, México ocupó el lugar 74, posición que lo colocó en el lugar 12, entre 33 países de la región de América Latina y el Caribe.
El 24 de octubre se conmemora el Día Mundial de Información sobre el Desarrollo, con el fin de concienciar a la opinión pública sobre los problemas y las necesidades de alcanzarlo.
El acceso a la información sirve de puente para el desarrollo, porque potencia otros derechos. Cuando todas las personas cuentan con la misma información de calidad, sin distinción, pueden decidir por igual y mejor sobre su vida.
En nuestra Ciudad, como prevé nuestra Constitución Política, todas las personas tienen derecho a participar en un desarrollo económico, social, cultural y político en el que puedan realizarse plenamente todos los derechos humanos y libertades fundamentales.
El desarrollo humano y el derecho de acceso a la información se reafirman mutuamente y ayudan a garantizar el bienestar de todas las personas.
Este derecho ligado al desarrollo busca cumplir el lema de la Agenda 2030 y de los Objetivos del Desarrollo Sostenible “que nadie se quede atrás”.
*Comisionada Ciudadana del Instituto de Transparencia de la Ciudad de México (INFO).
Twitter: @navysanmartin
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