El Gobierno de Hong Kong retiró en forma oficial este miércoles el polémico anteproyecto de ley de extradición que dio pie a meses de protestas masivas en la Región Administrativa Especial de China.
El Consejo Legislativo hongkonés llevó a cabo los trámites pertinentes la tarde del miércoles, pese a que estaba previsto que fuera la semana pasada, pero fue retrasado el proceso por los impedimentos que pusieron los legisladores prodemocráticos.
De haberse aprobado, se habría autorizado el envío a China continental de los sospechosos de ciertos delitos para ser juzgados allí.
En las últimas semanas, la violencia entre los manifestantes y la policía registró una escalada sin presedentes.
Las protestas comenzaron el 9 de junio contra el polémico proyecto de ley que permitiría las extradiciones a China, pero el movimiento se transformó en una denuncia por el recorte de libertades y la falta de reformas democráticas, en el mayor desafío de la excolonia británica desde la Revolución de los Paraguas de 2014.
A pesar de que la jefa del ejecutivo de Hong Kong retiró el 4 de septiembre el proyecto de ley, los protestantes mantienen las movilizaciones, exigiendo amnistiar a los detenidos durante las protestas, iniciar una investigación independiente sobre el excesivo uso de la fuerza policial y relanzar reformas políticas.
Además, han advertido que las protestas continuarán hasta que se cumplan todas sus demandas que incluyen la liberación de todos los detenidos desde que comenzaron las manifestaciones, que suman dos mil 300, según cifras de la policía.
Japón insiste en solución pacifica
El primer ministro japonés, Shinzo Abe, pidió al vicepresidente chino Wang Qishan una solución pacífica tras la situación que se vive en Hong Kong, y subrayó la importancia de la política de “un país dos sistemas”.
La solicitud del ministro coincidió con el retiro oficial del proyecto de ley de extradición en China, tras 20 semanas de protestas, así como la liberación de Chan Tong-kai, presunto culpable de un asesinato.
El encuentro entre al jefe del Gobierno japonés y el ministro chino se dio en el marco de la entronización del emperador Naruhito, así como el proceso de normalización de las relaciones bilaterales entre ambas potencias regionales.
Además, revisaron los preparativos de la próxima visita del presidente chino Xi Jinping, que espera hacer a Japón en 2020.
PAL/LEG