Escucho con frecuencia que como hace falta Carlos Monsiváis. Sí. Sobre todo, hace falta esa columna suya que se llamaba “Por mi madre bohemios”. ¿La recuerdan? Era una columna hecha de citas: las declaraciones más tontas y/o absurdas de los políticos.

Urge hacer un ejercicio semejante. Piensen en los últimos días y díganme si no valdría la pena establecer una especie de Premio Por Mi Madre Bohemios, para la sandez de la semana.

Tenemos a Francisco Garduño, titular de Migración, que hubiera sido expulsado hace mucho si no fuera porque, primero, se comporta como un Trump a escala municipal, y a Trump lo a-ma la 4T, y sobre todo porque la política presidencial ante los subalternos inviables es la misma que ante el crimen organizado: abrazos, no balazos. En efecto, aquí no te corren ni aunque se compruebe que eres asesino serial. ¿Qué dijo Garduño? Entre otras perlas: “No es posible ver compañeros o humanos de la raza negra con esa conducta en contra de los agentes migratorios, de los agentes de la Guardia Nacional (…) lanzándoles botellas, siendo rehén en nuestro propio país de ese tipo de migración”.

Está Yeidckol, con lo de “No tienen derecho a opinar. No se los vamos a permitir”, luego de lo de Culiacán.

Está la calaverita publicada a manera de comunicado oficial por la Sener. Tiene momentos como este: “Pero la huesuda olvidó que Andrés Manuel López Obrador/ estaba dispuesto a eliminar la opacidad y la corrupción./ Así que AMLO ordenó a revisar los contratos/ con fervor y buscar soluciones a favor de la nación”. No, la métrica no es el único problema.

Está John Ackerman. Dice el Doctor Doctor, entre otras cosas, como conclusión de la reintegración del detenido Ovidio Guzmán a su seno familiar, que “hoy los criminales saben perfectamente bien que una detención bajo la administración de López Obrador implica una verdadera sumisión a la justicia”. N. Parish Flannery, colaborador de The Guardian, The Atlantic o Forbes, se preguntaba en un tuit si Ackerman delira o solo es idiota. Palabras suyas. Yo nada más cito.

Y está el Presidente, que nos explicó que nadie le avisó del operativo de Culiacán. Una declaración chistosa cuando eres el comandante en jefe de las Fuerzas armadas y te reúnes todos los días con el gabinete de seguridad, 6 AM. O cuando poco antes dijiste que tú lo habías aprobado.

Estaba por decirles que esto es una consulta y que votaran por la sandez de la semana. Pero ya nos explicaron en la 4T que la competencia fomenta la desigualdad. Empate, pues.