@guerrerochipres
Desde que fue posible la detención de Javier Duarte en Guatemala y evidente la presencia de su esposa en Inglaterra, quedó la impresión de un proceso de negociación que posibilitó la retención penal de uno y el tránsito hacia la libertad de otro.
El estilo de vida continuado desde entonces por Karime Macías, la esposa de Duarte, reabre la tentación de asociar a la elite inglesa con la mexicana de una manera contradictoria.
En el contexto de una tesis que han difundido los adversarios de Morena, en el sentido de que existe un pacto de impunidad posterior a la sucesión presidencial, parecen reabrirse líneas de acción en contra, ahora con la detención inglesa de Macías.
Respecto del contraste con Inglaterra quiero decir, primero, que en ese país la menor debilidad u opacidad expresada en el uso ilegítimo o ilegal del presupuesto ocasiona el derrumbe de un servidor público o al menos una enorme controversia que inhabilite carreras políticas completas.
Dos casos. Un empresario indio y el gobierno de Tony Blair, en el primer lustro del siglo, estuvieron en la airada crítica de la opinión pública por arreglar un pasaporte sin los trámites formales requeridos a otros. Más recientemente, un congresista renunció porque se descubrió el uso de menos de 300 libras del erario para un jardín particular.
En ese contexto, una persona como el ex gobernador de Veracruz merecería una demostración penal y ejecutiva extraordinaria y un castigo inmediato, contundente y especialmente largo. Conforme pasen los años veremos si esto sucede.
Segundo, en contraste también, las sanciones a la corrupción gigantesca originada en México, especialmente durante el sexenio de Enrique Peña Nieto, apenas han comenzado a ser evidentes, con algunas detenciones.
Estos han encontrado en la ausencia de persecución directa de Peña un punto de apoyo a sus críticas dirigidas contra el presidente Andrés Manuel López Obrador. Para esos adversarios del Presidente, el político tabasqueño no está cumpliendo con la contundencia prometida su combate a uno de los dos temas más importantes de la agenda política reciente, además del de la inseguridad.
Javier Duarte es uno de los ex gobernadores prototípicamente integrantes del “nuevo PRI” que le ofreció Enrique Peña Nieto a la opinión pública como remodelación del partido que ejerció el poder el sexenio pasado. Su esposa es igualmente una ilustración de los alcances de los acuerdos o de su revisión contemporánea en este nuevo régimen.
Respecto de este caso, no puedo dejar de recordar un concepto que una maestra inglesa de origen sudafricano nos compartió en el programa de doctorado de la Universidad de Essex: Es el de “fronteras políticas”, que son aquellas que definen un grupo político de otro, una interpretación de otra, una catalogación de otra.
Ahora que Macías vive en las codiciadas mansiones Wilbraham de Londres podemos plantear que la frontera de la persecución se sigue moviendo y ahora lo hace hacia Europa y hacia el Norte. Podemos decir, también, que “merece abundancia”…de justicia.