La verdad es que la brujas y los espíritus chocarreros que hoy pretendían salir a espantar con el petate del muerto del nulo crecimiento de la economía mexicana, se encontraron con la realidad de que a pesar de lo espeluznante que resulta ver cómo se desmoronan las actividades económicas, pocos son los que hoy se espantan.
Una calavera nos confió, en cortito, que aquellos que le siguen creyendo todo a la 4T, a pesar de las evidencias de un estancamiento de la economía del país, se parecen mucho a los zombis que deambulan en los panteones por las noches.
Hay películas de terror que parecen relatos infantiles ante muchas de las gráficas que en estos tiempos da a conocer el Inegi sobre el comportamiento de la inversión, la industria, el consumo o el Producto Interno Bruto.
Un año después de que el protagonista del Halloween fuera la masacre de la cancelación del aeropuerto de Texcoco, sigue chorreando sangre hasta el río y corta el flujo de inversiones, porque los dueños del capital siguen aterrados. Los conocedores de estos temas de espantos, calculan que esa matanza de Texcoco será un susto permanente el resto del sexenio.
Algunos de los monstruos que hoy salen a proponer trato o truco pretendían regalar, allá por Palacio Nacional, un espejo encantado que cada mañana le pudiera responder a su inquilino principal aquella pregunta de “espejito, espejito, quién es el mejor mandatario desde Benito”.
Pero desistieron de la idea de llevar ese presente cuando vieron que hay todo un séquito de subordinados que cumple al pie de la letra con esa función que tiene el adulador espíritu encarcelado en el espejo.
“Gabinete, gabinete, quién es el mejor presidente”. Y el que se atrevió a decir lo contrario, ya está en el panteón de las aulas universitarias dando clases de economía.
Los mejores hechiceros, que hoy se visten de gala por las fiestas de los muertos, no se cansan de revisar el paquete económico para 2020. Lo ven por arriba y por abajo, revisan sus antiguos libros de conjuros y por ningún lugar encuentran cómo es que diputados y senadores lograron ese hechizo que les permitiría gastar tanto en programas asistencialistas, con una economía que no va a crecer lo suficiente.
Hay un debate entre los brujos si se trata de magia negra o el primer paso de una futura crisis financiera.
Eso sí, los magos antiguos pudieron ver a los duendes que, de último minuto, metieron incrementos a los impuestos, a pesar de que era una promesa de su brujo mayor el no subir un solo peso de contribuciones en todo su sexenio.
En las pocas criptas que quedan de ahorradores, hoy lamentan que tendrán que pagar más impuestos por este buen hábito.
En fin, que brujas, vampiros y calacas se pusieron sus mejores galas para las fiestas de los muertos y pretendieron espantar a los mexicanos con la bestia del cero crecimiento.
Pero más espantados resultaron ellos cuando vieron la capacidad de la 4T para mantener en estado catatónico a tantos millones de ciudadanos.