El Real Madrid juega a los tiros de precisión en su política de buscar al nuevo dios del balón, consciente de que incluso bajo esa dinámica fallará alguno o varios intentos. Todo habrá valido la pena si acaba por vestir su uniforme el heredero del trono que por tanto tiempo han compartido Lionel Messi y Cristiano Ronaldo.

Ahí está Martin Odegaard, finalmente figura en su préstamo a la Real Sociedad a cinco años de haber arribado como niño promesa.

Ahí está Takefusa Kubo, cedido al Mallorca a la espera de que se convierta en esa mina de oro que conjugue calidad en la cancha y penetración del delirante mercado nipón. Ahí está Vinicius Junior, tan prometedor en la campaña pasada que ya se le exigía sitio en la selección brasileña y tan disminuido en ésta que habría de recordarse su edad. Y ahí está Rodrygo Goes, al menos por estos días el autor de los goles que los merengues extrañan desde mayo de 2018, cuando Cristiano partió. En los casos del noruego y el japonés, llegaron a cambio de elevadísimos sueldos para su edad y experiencia. En los de los dos brasileños se les trajo por más de cien millones de euros en traspasos, 60 Vinicius y 45 Rodrygo.

Así que son apuestas de futuro, casi especulaciones de mercado bursátil, invertir en acciones que se piensa que subirán, pero con altas dosis de riesgo.

Sin embargo, Florentino Pérez ha recurrido a esa estrategia al asimilar que desde hace un buen rato dejó de estar en sus manos el contratar a quien quisiera. Durante su primera etapa como presidente madridista fue capaz de comprar verano a verano a Figo, Zidane, Ronaldo, Beckham, Owen, tan distinto a lo que ha acontecido en la segunda, iniciada cuando Cristiano Ronaldo ya estaba firmado. Sí, ha adquirido a algunos de los mayores cracks del planeta, aunque no a los mayores. La frustración se debe al ingreso de elementos con los que su dinero y poder no han podido: los mucho más ricos y poderosos jeques.

¿Cómo convencer al París Saint Germain de que se desprenda de Kylian Mbappe? Los millones no persuaden a quien lo único que no requiere es capital.

El mercado que el mismo Florentino infló, terminó por volverse en su contra y hoy los blancos se conforman con buscar jugadores por explotar o cracks cercanos a concluir contrato como Eden Hazard.

Si ya es imposible fichar al astro consolidado en el trono, no queda más que anticiparse y perseguir al que acaso en unos años se consolidará.

Eso ha llevado al adolescente Rodrygo al Bernabéu. Delantero con un comienzo tan fulgurante que ahora será indispensable hallar caminos para la mesura.

Twitter/albertolati

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