El presupuesto para seguridad que presentó el Gobierno federal para este año continúa privilegiando las acciones reactivas por encima de las preventivas, lo que es contrario a su discurso, concluyó un estudio del Observatorio Nacional Ciudadano (ONC).

Manuel Vélez, subdirector de Investigación en el Observatorio Nacional Ciudadano, detalló que se siguen observando tendencias crecientes de algunos delitos de alto impacto, en los que todavía hay diferencias regionales, lo que debería generar distintas asignaciones de gasto y prioridades.

El estudio, presentado en el Cámara de Diputados a la Comisión de Seguridad Pública, precisa que el gasto en seguridad tendrá un incremento de 7.9%, y se mantendrá en un rango de 1% del PIB.

El investigador expresó que intentaron identificar cómo están cambiando las prioridades de gasto, pues el Gobierno federal ha anunciado que va a tener un mayor énfasis en prevención:

“Si causa un poco de ruido saber que se dice que se va a dar más énfasis a prevención, pero en la práctica tienes un incremento de 20% en combate.

“Y justo en combate hay un programa presupuestal que es el de Fuerzas Armadas en Apoyo a la Seguridad Pública, que toma 87.5% del gasto en combate al crimen y se le está destinando más hoy, en términos proporcionales, que hace muchos años; en 2018 tenías que era 83.7% y hoy es de 87.5% con una estrategia que dice que no busca la parte reactiva”, enfatizó.

Resaltó que las decisiones presupuestales son las primeras en una política de seguridad y reflejan no sólo las prioridades, sino parte del espíritu de la estrategia.

LEG