Inevitable ha sido para la prensa mexicana e internacional dejar a un lado la ola de violencia que ha azotado al país en los últimos días. Además del operativo fallido en Culiacán, la inenarrable ejecución de nueve integrantes de la familia LeBaron -de los cuales 6 eran menores de edad- puso en rojo las alertas tanto en México como en Estados Unidos.
A estos hechos, se suma la muerte de 41 personas en el estado de Chihuahua en tan sólo tres días, siete en Jalisco y quince en Tabasco. En Michoacán, el pasado mes de octubre, se registraron 201 ejecuciones, una de las tasas más altas en lo que va del año.
Más allá de la crisis que ello representa para la seguridad interna de México, esta situación ha abierto un nuevo frente para la política exterior del presidente López Obrador. El ofrecimiento de Donald Trump de enviar tropas norteamericanas para iniciar una guerra en contra del crimen organizado y el replanteamiento de la ampliación del muro fronterizo se inscriben en una lógica intervencionista, que, además, tiene tintes electorales.
Qué mejor para el huésped de la Casa Blanca que una situación de inestabilidad en su vecino del sur para alimentar el discurso de la división y confrontarse con los demócratas, a quienes reprocha su rechazo a la edificación del muro en la frontera con México. Presionar a nuestro país por la inseguridad que priva en el territorio, aunado a la ejecución de la familia LeBaron -con doble nacionalidad-, le brindará, sin duda, un nada despreciable capital político en tiempos complicados.
México ya fue objeto de múltiples presiones por parte de Washington debido a una laxa política migratoria al inicio de esta administración. Los esfuerzos realizados para reducir los flujos de indocumentados centroamericanos hacia el norte rindieron los frutos suficientes para que la amenaza de incrementar los aranceles a los productos mexicanos que ingresan al mercado estadounidense quedará, por el momento, en el olvido.
El permanente diálogo del canciller Marcelo Ebrard y su intervención en la coordinación gubernamental en temas migratorios fue definitiva para llegar a este fin. El nuevo frente que se abre por la crisis de inseguridad en México representa un reto adicional para los hacedores de la política exterior.
Nuestro país no ha dejado de insistir en la necesidad de una mayor cooperación entre ambos gobiernos y la urgencia de frenar los flujos de armas provenientes de Estados Unidos. Armas que llegan a manos del crimen organizado y que sirven para cometer los horrores que a diario nutren las crónicas de la prensa nacional y extranjera.
Segundo tercio. Poco diplomático se vio el ex presidente de Ecuador, Rafael Correa, quien busca un segundo mandato, al destapar a Claudia Sheinbaum como probable futura Presidenta del país. Lo dijo en una conferencia celebrada en el Museo de la Ciudad de México, a la que la Jefa de Gobierno llegó unos minutos para saludar. Lo que es no entender los códigos políticos de otras naciones.
Tercer tercio. Todo listo para la segunda corrida de la Temporada Grande de la Plaza México. Morante de la Puebla, Joselito Adame y Ernesto Javier Tapia “Calita”, con toros de Bernaldo de Quirós, partirán plaza este domingo, en un cartel por lo menos interesante.