En algunos asuntos, la 4T va rápido. Por ejemplo, en el escándalo: no hay uno lo bastante grande como para que al día siguiente no sea opacado por otro. No, no hay cortinas de humo que valgan en esta administración. Ya no. Vean el caso de Evo Morales.

El griterío en torno a su asilo sacaba por fin al Presidente del berenjenal mediático de Culiacán. No era poca cosa: el gobierno obradorista le daba cobijo a una de las figuras más conspicuamente autoritarias de América Latina. Bueno, pues el escándalo duró 24 horas: las mismas que la senadora Citlali Hernández tardó en ejercer de tacle defensivo y tirar al piso a Gustavo Madero por andarse quejando de que Morena había hecho trampa en la votación para elegir a la comisionada carnala, Rosario Piedra.

Sí, lo de la CNDH nos hizo olvidarlo todo. No sin razones. A fin de cuentas, es un paso más en la instauración de un régimen autoritario, que se suma a la reciente arremetida contra el INE. Con todo, no deberíamos olvidar las lecciones que nos deja “Evoespueblo”.

¿Qué lecciones? Antes que ninguna, que la oposición es posible. Antes de la intervención del Ejército y de esa ultraderecha infame, lo de Bolivia fue un acto de resistencia ciudadana. En las calles de La Paz se llegaron a juntar dos millones de personas. Bien es muy probable que, pronto, te toque manifestarte para defender nuestras libertades. Hazlo. También: sal a votar, con un voto útil dificilísimo de decidir, porque vaya con los partidos –el PRI validando la trampa de Derechos Humanos, el PAN la de Bonilla–, pero indispensable: quítaselo a la 4T, cueste lo que cueste. Tuitea. Cuestiona a tu alcalde, diputado o senador si te lo topas en un restaurante, aunque sin insultar. Exígele al Presidente en el vuelo comercial que retrasó que no tire tu dinero en Santa Lucía y que tenga la sensatez de reiniciar Texcoco.

Si eres abogado, ve a los tribunales contra el Tren Maya, Dos Bocas o el siguiente elefante blanco paraestatal. Haz un mitin ante los diputados por las medicinas que ya se fueron, por los sueldos no pagados, por tu familiar despedido, porque los asesinatos se multiplican, por el 0%.

En resumen, explícale al Presidente y sus seguidores que no van a terminar de arruinarlo todo sin resistencia, y por recordártelo, dale así las gracias, resistiendo a su invitado, el candidato a tirano al que le salvaste la vida con tus impuestos y al que en una de esas le seguimos dando cobijo cuando sea llamado a tribunales.

Gracias, Evo.