Como se esperaba, el Banco de México (Banxico) redujo su tasa de referencia en 25 puntos base para ubicarla en 7.5% anual y con ello, el spread contra el bono del tesoro americano regresa a 575 puntos base.
Banxico destaca entre los factores internos, que la economía mexicana se encuentra estancada con niveles de inflación en objetivo, pero dentro de un entorno de incertidumbre por la calificación de la deuda de Pemex y de la nota soberana, aunado a la falta de ratificación del T-MEC por parte de EU y Canadá. En la parte externa, preocupa el proceso de desaceleración global y la revisión de las previsiones de crecimiento económico que siguen siendo revisadas a la baja.
Si bien, el Banco Central apoya en el proceso de una estabilidad macroeconómica, el nivel de la tasa de interés actual, es muy alta todavía y obedece a la incertidumbre que prevalece en el tema de “gobernanza”. Mientras existan altos niveles de violencia e inseguridad, además de políticas económicas y fiscales poco predecibles, la falta de Estado de Derecho y una economía prácticamente “estancada”, por más que Banxico intente seguir bajando la tasa de referencia, los inversionistas de largo plazo y los consumidores seguirán lejos de la economía.
Si la inflación está en niveles de 3.0% anual, es por la falta de demanda interna. Simplemente veamos los precios al productor que al mes de octubre registraron una tasa anual de 0.62% incluyendo servicios y petróleo. En lo que va del año, el precio del petróleo promedia una alza de 18% en el año (WTI, Brent y Mezcla Mexicana).
La creación de empleos se está desacelerando de manera más significativa. Pasamos en poco más de un año a una creación promedio mensual de 60,000 a 32,000 empleos.
El comportamiento relativamente estable que ha tenido el Tipo de Cambio peso – dólar, obedece principalmente a un alto spread entre las tasas de interés de México y Estados Unidos. Tanto Moody´s como Bank of América, comentaron recientemente que el “clima de inseguridad y violencia se ven compensados por las altas tasas de interés que debe pagar México”.
Para Moody´s, se mantiene un riesgo latente de baja en el rating soberano del país. Actualmente es la agencia que nos tiene con el rating de calificación más alta con A3 (cuatro escalones arriba del grado de inversión). El problema que tiene a la vez, es que ubica a Pemex en el límite del grado de inversión con BBB- con perspectiva negativa, y una baja en su calificación crediticia de nuestra petrolera, se uniría a Fitch y serían dos calificadoras que ubiquen a la paraestatal en grado especulativo. Se estima que de 90,000 millones de dólares que tiene Pemex en Bonos en moneda extranjera, entre el 15 y 20% de ellos, tienen la limitante de vender posiciones fuera del grado de inversión y la volatilidad en estos papeles aumentaría significativamente pudiendo contaminar a papeles mexicanos incluyendo bonos gubernamentales y privados.
Así, cuando se tenga el Presupuesto 2020 ya autorizado, nos dará una idea del compromiso del gobierno federal por mantener la disciplina fiscal y su intención a reactivar la economía. Pero repetimos, requiere “dar certidumbre operativa, jurídica y en seguridad” para lograrlo.
Por más que Banxico haga su tarea, aunque hoy limitada a seguir a la FED, se necesita la contribución del gobierno federal para que la inversión privada y el consumo mejoren y logremos sobreponernos a un 2020 internacional en un marco de “desaceleración” y de elecciones en Estados Unidos.