Un hecho inédito se ha vivido en el Senado de la República. La toma de protesta de Rosario Piedra Ibarra, como titular de la Comisión Nacional de los Derechos Humanos, se vio envuelta en un ambiente de denostaciones, fraude y opacidad por parte del partido mayoritario.
La semana pasada, se llevó a cabo la última ronda de votación para la designación de la titularidad de la CNDH; la Mesa Directiva dio cuenta de una votación en la que únicamente se contabilizaron 114 votos de los 116 depositados en la urna. Por ello, las y los senadores integrantes de la fracción parlamentaria del PAN, así como el senador independiente, revisamos minuciosamente los videos públicos de la sesión en comento, percatándonos de la falta de legalidad en el conteo y denunciamos la falta de 2 votos.
La importancia de esta denuncia pública radicó en que, nuestra Carta Magna y la ley de la materia señalan que el Senado deberá elegir mediante el voto de las dos terceras partes de los senadores presentes, a la persona titular de la CNDH, por lo que, al emitirse 116 votos, la mayoría calificada necesaria para elegir a la persona titular es de 78 votos y no de 76 que fueron los obtenidos por la candidata vencedora.
Hicimos una serie de llamados para que la Mesa Directiva y el grupo oficial repusieran el procedimiento de elección mediante tablero abierto y brindara a la ciudadanía mexicana, la certeza que se merece el nombramiento de espacios tan importantes y trascendentes como la ombudsperson. Sin embargo, las y los senadores de Morena salieron a defender la ilegalidad, mostraron videos, conversaciones privadas, argumentaron que esos dos votos correspondían a una hoja en blanco y un sobre, e incluso, amagaron con destituirme de la presidencia de la Comisión de Derechos Humanos del Senado de la República, lo cierto es que aún con todos esos argumentos, nunca pudieron justificar la ausencia de los dos votos.
El día de ayer, tras más de siete horas de debate, la bancada mayoritaria y sus aliados no aceptaron reponer el proceso, por lo que laceraron de manera irremediable a una institución tan elemental en la vigilancia y respeto de los derechos humanos de las y los mexicanos como lo es la CNDH.
Desafortunadamente, el Senado de la República no estuvo a la altura de esta trascendental responsabilidad y Morena demostró una vez más que no le importan nuestras instituciones ni los contrapesos, hoy le arrebataron su credibilidad al Senado y a la Comisión Nacional de los Derechos Humanos.