Foto: Reuters Al menos cinco personas murieron, unas 50 resultaron heridas y decenas fueron detenidas  tras los enfrentamientos entre fuerzas del orden y cocaleros simpatizantes del ex presidente boliviano Evo Morales  

La Paz.- Al menos cinco personas murieron, unas 50 resultaron heridas y decenas fueron detenidas  tras los enfrentamientos entre fuerzas del orden y cocaleros simpatizantes del ex presidente boliviano Evo Morales en la provincia del Chapare, departamento de Cochabamba.

 

“Los muertos todos son producto de armas de fuego”, denunció el defensor del Pueblo de Cochabamba, Nelson Cox, quien responsabilizó a los policías y militares por utilizar armas de fuego para dispersar a los cocaleros, reportó el diario local Página Siete.

 

El comandante de la Policía, Jaime Zurita indicó que la policía usó agentes químicos para dispersar a los manifestantes, aunque admitió que los militares utilizaron armamento letal y que los cocaleros también estaban armados.

 

Militares y policías activaron un operativo en el puente Huayllani, en Sacaba, un sitio estratégico de conexión con la ciudad de Cochabamba, para evitar que los cocaleros del Chapare ingresaran a esa capital para expresar su apoyo a Morales, de acuerdo con la radioemisora Kausachun Coca.

 

Los productores del Chapare buscaban ingresar al centro de la ciudad de Cochabamba, pero fueron repelidos por un fuerte contingente policial, con el que mantuvieron un enfrentamiento durante varias horas.

 

“Hemos negociado hasta más no poder y entonces cuando las cosas pretenden salirse de control la Policía tiene que tomar el mando y restablecer el orden público”, señaló Zurita, tras retomar el control en el puente de Huayllani, en la localidad de Sacaba.

 

Según el jefe policial, cientos de productores cocaleros pretendían ingresar hasta la ciudad de Cochabamba de manera “pacífica”, pero al realizar una requisa se les encontró armas de fuego, bazucas artesanales y explosivos.

 

Los cocaleros pretendían manifestar su rechazo al gobierno de Jeanine Áñez, quien se proclamó presidenta de Bolivia el pasado martes, y respaldar a Evo Morales, quien renunció el 10 de noviembre y decidió asilarse en México, en medio de acusaciones de fraude en los comicios del 20 de octubre.

 

Ante la escalada de la violencia en el país, la presidenta interina inició un diálogo con los líderes del Movimiento al Socialismo (MAS), el partido del ex presidente Morales, con el fin de pacificar al país y convocar en breve a nuevas elecciones, indicó Página Siete.

 

Uno de los participantes en las conversaciones, identificado como Luis Vásquez Villamor, reveló que el MAS ha impuesto como condición para desmovilizar a las organizaciones afines al ex presidente Morales, que se otorguen salvoconductos a los asilados.

 

Vázquez considero que si el gobierno de Áñez otorga los salvoconductos que exige el MAS, ese partido debería empezar por permitir la libre circulación de gasolina en todo el país y garantizar el derecho al transporte y al trabajo.

 

En las mesas de diálogo participan oficialistas, opositores y cívicos, con el auspicio de la Conferencia Episcopal Boliviana, la Unión Europea (UE), el gobierno de España y la Organización de Naciones Unidas (ONU).

 

 

fahl