Sólo hay una guerra que puede permitirse el ser humano, la guerra contra su extinción:
Isaac Asimov
El sociólogo brasileño Guillem Colom asegura que el término de Guerra Híbrida (Hybrid Warfare) es uno de los numerosos conceptos que se manejan hoy en día por la comunidad de defensa internacional para definir las “nuevas guerras” del siglo XXI. La guerra híbrida está concebida para advertir de una tipología de conflicto que integra el empleo de medios convencionales e irregulares.
La globalización está produciendo una nueva clase, “una nueva élite global y extraterritorial” como la define Thrift que no necesita de enclaves geográficos ni de ejércitos para imponer sus dictados, para ello existen las redes socio tecnológicas, los mercados y la tecnología. Esta élite la pueden conformar actores estatales, actores no estatales, actores económicos globales y actores identificados con ideologías específicas. En este contexto, los Estados-Nación pierden de manera gradual capacidad de gobierno e influencia.
Los grupos terroristas y grupos económicos globales crean ahora sus propios espacios de conflicto y de poder, ajenos a fronteras y marcos legales. El Cártel de Sinaloa, Hezzbolah y Uber se parecen en algo, no responden a gobiernos, responden a sus propios intereses. Estos grupos actúan en el ciberespacio, y se apoyan en campo con acciones económicas sólidas y concretas mediante equipos legales o comandos paramilitares.
El ciberespacio se presenta como el escenario preferido de las nuevas formas de conflicto. Por ello, cobran un especial protagonismo los conflictos híbridos, que combinan el uso de la fuerza militar con otros elementos como son los ciberataques, la manipulación de la información a través de internet y de redes sociales, o vectores de presión económica.
El desarrollo de las nuevas tecnologías y su fácil acceso facilitan que estas acciones puedan provenir de cualquier parte del mundo, tanto por parte de actores estatales como no estatales, o de la nueva élite global y extraterritorial, y de forma más rápida que en otras épocas, por lo que su prevención y respuesta resulta más complicada.
Hay que considerar el potencial de aplicación de las amenazas híbridas en situaciones muy diversas, donde se incluyen los procesos electorales, en los que se puede llegar a erosionar la soberanía e integridad de los gobiernos. En estos momentos, las acusaciones contra el Presidente Trump por las presuntas injerencias del gobierno ruso para facilitar su llegada al poder, bien pueden ser ejemplo de cómo la guerra híbrida se está viviendo en el mundo.
En la actualidad, no es necesario desenfundar un arma para derrotar al enemigo. En el caso mexicano, podemos sostener que ya se desarrolla una guerra híbrida en donde se presentan las confrontaciones regulares y cibernéticas que buscan desestabilizar al país y su gobierno.
De entrada, tres eventos presento para documentar el pesimismo y lanzar la provocación:
1)El jueves negro de Culiacán: Es en la historia moderna del país, el primer hecho donde un grupo extraterritorial enfrenta de manera convencional a un gobierno nacional apoyado por ataques no convencionales donde fueron vulneradas las comunicaciones de las fuerzas armadas y privó la manipulación informativa. No es necesario explicar que el Cártel de Sinaloa es un grupo de poder de alcance global.
2)Ataque cibernético a Pemex: Recientemente la empresa productiva del Estado recibió un ataque informático que afectó de manera formal el cinco por ciento de sus equipos. Los piratas informáticos pidieron rescate. Aún no se confirma si el rescate fue pagado o no. El ataque pretendió vulnerar la confianza de los inversionistas respecto a una de las empresas más importantes del país.
3)Ataque a la UNAM: También en días recientes, la Torre de Rectoría, la librería Henrique González Casanova, el mural de David Alfaro Siqueiros fueron atacados por un comando paramilitar con técnicas de guerrilla urbana que al final del embate quemó la bandera nacional. Más simbolismo subversivo que la quema de una bandera no se puede encontrar. Son ataques que buscan vulnerar la moral, la escala de valores y la confianza de la sociedad, van más allá del daño económico.
Aunque sigue existiendo cierta polémica entre la comunidad de expertos sobre el concepto de guerra híbrida. Se considera aún impreciso, y en proceso de configuración teórica, pero con mucha fuerza expresiva, porque refleja la complejidad de los conflictos posmodernos y que ha logrado situarse en el centro de los debates acerca de la transformación de la guerra y las nuevas insurgencias.
De la libreta
1.Especialistas de la UNAM aseguran que el 66 por ciento de las mujeres mexicanas mayores de 15 años, casi 7 de cada 10, han sufrido en algún momento de su vida un episodio de violencia física, sexual, económica y emocional. Esto significa que más de 40 millones de mujeres han sufrido violencia en algún momento de su existencia.
2. Rosario Piedra Ibarra, asegura que no mintió para convertirse en la nueva ombudsperson y que tiene las pruebas. Un camino minado tiene enfrente la hija de doña Rosario Ibarra, defensora de derechos humanos.