El presidente chileno Sebastián Piñera llamó el jueves a los cuerpos policiales a enfrentar a un “enemigo poderoso e implacable“, al que culpa de la violencia durante el estallido social que ha sacudido al país por más de 40 días.

 

Las manifestaciones, detonadas por un alza en el precio del transporte, han dejado al menos 26 muertos, miles de heridos y detenidos, además de cuantiosos daños materiales por saqueos, incendios y destrozos a infraestructura pública y privada.

 

“No hay que dejar espacio ni a la tibieza ni a la ambigüedad (…), estamos enfrentando un enemigo poderoso e implacable que no respeta a nada ni a nadie”, señaló el mandatario en un acto de graduación de policías.

 

El mandatario conservador afirmó que ese enemigo, sin identificarlo, actúa “con una planificación profesional y con una maldad sin límites”.

 

Legislación actual no es suficiente para combatir a los encapuchados, saqueadores, vándalos, ni a los que hacen barricadas u obstaculizan el tránsito, muy común durante las recientes manifestaciones, dijo Piñera.

 

Amnistía Internacional y Human Right Watch han denunciado que los cuerpos de seguridad han hecho un uso excesivo de la fuerza y han violado lo los derechos humanos durante las protestas.

 

Los esfuerzos de Piñera para sofocar la violencia hasta ahora han sido insuficientes, pese a las promesas de aumentar pensiones, salario mínimo y beneficios de atención médica.

 

PAL