Cientos de iraquíes continúan este sábado sus protestas en la capital del país y en la sureña ciudad de Nasiriya, a pesar de que el primer ministro, Adel Abdul Mahdi, presentó su renuncia al Parlamento, para apaciguar las manifestaciones que han dejado más de 400 muertos en dos meses.
Un grupo numeroso de manifestantes mantiene rodeando la sede de la Comandancia de la Policía de Di Qar, en Nasiriya, mientras las fuerzas de seguridad disparan al aire con munición real para dispersar a los manifestantes, informó una fuente del Ministerio iraquí del Interior.
Líderes tribales provinciales y las autoridades de Nasiriya intentar persuadir a los manifestantes para que se retiren de las inmediaciones de la comandancia, la cual ha sido escenario de las protestas en los últimos días.
Los manifestantes también tomaron esta mañana el control de los principales puentes que unen la ciudad de Nasiriya a través del río Éufrates, a pesar de que las autoridades de Di Qar declaron tres días de duelo en la provincia tras los enfrentamientos de las dos últimas jornadas, que causaron al menos 46 muertos.
Los inconformes recibieron con beneplácito el anuncio del primer ministro de renunciar, pero aseguran que es insuficiente y exigen una reforma del sistema político y un cambio completo de gobierno.
El jefe de gobierno iraquí presentó este sábado su renuncia al Parlamento, órgano que la aprobó, pero será hasta mañana domingo cuando se formalizará durante una sesión extraordinaria, según la cadena árabe Al Arabiya.
Desde el pasado 1 de octubre cuando comenzaron las manifestaciones contra la corrupción, los altos índices de desempleo y la falta de servicios públicos, entre 380 y 400 personas han muerto y cerca de 15 mil han resultado heridos, según recuentos de agencias internacionales con base en fuentes médicas y policiales.
Sin embargo, la Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos actualizó este viernes el balance de víctimas en al menos 354 fallecidos y ocho mil 104 lesionados, aunque advirtió que la cifra podría ser mayor.
Los manifestantes piden un cambio de gobierno al considerarlo corrupto y responsable de la mala gestión de los recursos y problemas económicos del país, sobre todo en el sur del territorio, rico en petróleo, pero donde la población no se beneficia de ello.
FV