Hallar a los culpables del asesinato de tres mujeres y seis niños de las familias LeBaron y Langford será muy difícil, manifestó el presidente Andrés Manuel López Obrador a integrantes de esta familia con quienes se reunió ayer de manera privada en Palacio Nacional.

“Estamos contentos de que no nos dieron atole con el dedo, pero no podemos expresarlo, está peligroso para nosotros mismos.
“Yo sí creo que el compromiso está, pero es difícil, es casi un grado de impotencia, yo me siento impotente y el Presidente dice: ‘Sí, está muy difícil’, entonces yo le doy toda la razón”, expresó Adrián LeBaron al terminar el encuentro.

Los integrantes de las familias llegaron alrededor de las 9:00 horas, y entre el tumulto de los medios de comunicación anticiparon que venían por respuestas y saber quién dio la orden de atacar a su familia.

El encuentro, en el que estuvieron también los integrantes del gabinete de Seguridad, la secretaria de a Gobernación, Olga Sánchez, y el secretario de Relaciones Exteriores, Marcelo Ebrard, tuvo una duración de dos horas.

Aseguró que en un mes sostendrán otra reunión con el mandatario, “yo sé que esto tarda, así es nuestro México, y estamos dispuesto a esperarlos, vamos a estar en comunicación con él, atendiendo desde nuestro rancho el problema”.

Más tarde volvieron a reunirse con el canciller Ebrard en la sede la Secretaría de Relaciones Exteriores, y al salir, Julián LeBaron precisó que López Obrador acudirá el próximo mes a la comunidad de Bavispe, Sonora, porque así lo propuso él mismo.

A pesar de haberse encontrado con Ebrard, comentó que aún no está definido si acompañaría al presidente López Obrador en esa visita.

También comentó que presentaron una propuesta para que las policías municipales, como ocurre con los alcaldes, sean electos por la comunidad, “y que la gente pueda correrlos”.

Comentó que en el lugar donde viven es muy pequeño, que hasta los estudiantes de secundaria saben quiénes son los sicarios locales, “es imposible que el Gobierno del estado no sepa que estas personas se pasean por esta comunidad con armas de alto calibre y se dedican a asesinar gente y todo este tipo de cosas”.

“El problema de la violencia es enorme, es inmensamente grande, hay miles, sino es que decenas de miles, cientos de miles, sino es que millones de sicarios, y la única forma de detenerlos es poner a todas las diferencias que tenemos, políticas, culturales, y religiosas a un lado”, sentenció.

LEG