Despojarse del odio es luchar por una humanidad superior, porque hasta hoy se ha vivido siempre rodeado de odio, expresó el ex presidente de Uruguay, José Mujica, en el inauguración del encuentro latinoamericano “México ante los extremismos: el valor de la cultura frente al odio”.
Y enfatizó que, “muchas veces a eso que le llamamos justicia es una forma atemperada de administrar el odio, porque si no, el odio sería mayor”.
En una larga exposición del pensamiento del uruguayo, también manifestó que no puede haber una cultura progresista que cultive el odio, y aclaró que su intención no es sembrar un pacifismo burdo, “creo que en las relaciones humanas hay que pelear por despojarse de los gérmenes de odio, permanentemente; y la construcción de una civilización y un Estado progresista significa la lucha permanente contra los gérmenes de odio que se genera dentro de nosotros”.
Dijo que el combate contra el odio es permanente y debe formar parte de la vida de las personas como una manera de comprometerse con la realidad, aunque aparentemente no se obtenga ningún beneficio.
“Yo quiero transmitir, es una forma superior de felicidad despojarse del odio, el olvidarse de las cuentas que uno tendría para cobrar, de las heridas, de las ataduras, de todo eso, es aprender a vivir en libertad”, manifestó Mujica
También abordó el modelo económico que impera en el mundo el cual está marcada por el consumimos y el despilfarro, y advirtió que ello acabará con el planeta.
“El consumismo no es una deformación secundaria, es una cuestión esencial de esta etapa del capitalismo que necesita, a muerte, que seamos compradores compulsivos, que caigamos en la confusión que ser, es tener.
“La nueva religión de nuestra época es el mercado, y la marcha del mercado, pobres de los ministros de Hacienda, de Economía, si el país no crece, esa es la preocupación central”, comentó.
En su intervención, el canciller Marcelo Ebrard enfatizó que la cultura es el espacio del encuentro y la creación humana, y puede ser la gran propuesta de América Latina y el Caribe, para el resto del mundo, para aspirar un diseño distinto de la convivencia universal.
“Alguien dirá, bueno eso suena ilusorio, pero yo me preguntaría, ¿qué grandes logros de la humanidad no empezaron siendo calificados como ilusorios o imposibles? El primer conformismo es pensar en pequeño. Y de ese conformismo, se llega al cinismo”, dijo el funcionario.
gac