El cambio que estamos realizando está a la vista”, dijo el presidente Andrés Manuel López Obrador en su primero o cuarto informe.

Con mucha capacidad de maniobra, sin atajos, el presidente López Obrador dejó en claro: “Es indudable que estos primeros 12 meses hemos avanzado mucho, pero aún estamos en un proceso de transición, todavía lo viejo no acaba de morir y lo nuevo no termina de nacer. Eso sí, no estamos jugando, no estamos simulando. Ya no es más de lo mismo, ahora nos guiamos por la honestidad, la democracia y el humanismo”.

Hablando de un Gobierno estable y de los ajustes que ha venido haciendo para tratar de hacer frente a los nuevos retos, pide un poco más de tiempo para consolidar la obra de transformación: Pienso que un año más, es decir, en diciembre, y aquí nos vamos a volver a encontrar, de 2020, ya estarán establecidas las bases para la construcción de una patria nueva. Para entonces, ante cualquier circunstancia, será prácticamente imposible regresar a la época de oprobio que significó el periodo neoliberal… Estoy seguro de que cuando cumplamos dos años de Gobierno los conservadores ya no podrán revertir los cambios”.

La precisión sobre la gobernabilidad y el futuro del país, ahora será en dos años para garantizar la estabilidad, así lo explica el presidente López Obrador:

En el periodo neoliberal se hacían leyes sin considerar el interés público. Ahora, las reformas a las Constitución tienen el propósito de garantizar el desarrollo del país y el bienestar del pueblo. Hace un año en este mismo lugar hice 100 compromisos con el pueblo de México… Al día de hoy, puedo decir que hemos cumplido 89 y sólo 11 están pendientes”.

Pero los momentos difíciles se siguen viviendo y la delincuencia sigue exhibiendo su fuerza.

También este ha sido un año marcado por ellos y llegarán más lejos.

Lanzando sus advertencias día a día le recuerdan al Presidente una promesa electoral no cumplida.

El reto exige decisiones pero es obvio que toda acción gubernamental hasta ahora no ha funcionado. Han sido declaraciones con perspectiva de continuidad pero no de efectividad.

Negar la realidad no es lo más inteligente.

El Ejecutivo federal ha emprendido un cambio de paradigma de seguridad. Entre 2006 y 2018 los gobernantes pretendieron resolver la inseguridad y la violencia delictiva mediante acciones de fuerza militar y policial, sin atender el fondo del problema… El resultado fue catastrófico y esa estrategia dejó un saldo pavoroso de muertos, desaparecidos y lesionados, una crisis de derechos humanos, una descomposición institucional sin precedente y un gravísimo daño al tejido social.”

 

jfcastaneda9@hotmail.com