MELBOURNE.- Un gigantesco incendio que avanza en las cercanías de Sídney y que ha llenado la ciudad de humo, provocando un alza de las enfermedades respiratorias y la cancelación del deporte al aire libre, no podrá ser controlado hasta dentro de varias semanas, pero no será extinguido sin fuertes lluvias, dijeron bomberos.
Miles de cansados bomberos, que llevan un mes combatiendo las llamas, se enfrentaban el sábado a un centenar de incendios en el estado de Nueva Gales del Sur. El megaincendio que avanza al norte de Sídney, la ciudad más grande de Australia, se generó el viernes, cuando se unieron varios frentes.
“Necesitamos lluvias torrenciales para apagar estos incendios. Eso es realmente lo único que puede pararlos”, dijo el Servicio Rural de Incendios de Nueva Gales del Sur. “Se necesitarán muchas semanas para apagarlo”.
Los incendios forestales son habituales en Australia durante el caluroso verano austral, que comienza en diciembre, pero este año empezaron mucho antes, en un fenómeno del que se culpa al alza de las temperaturas, los vientos secos y acciones provocadas por la mano del hombre.
El servicio estatal de salud dijo en la noche del viernes que 1.140 personas pidieron asistencia médica por problemas relacionados con la respiración o el asma en la última semana, una cuarta parte más que una semana normal. El servicio de ambulancia recibió un tercio de llamadas más.
Un total de seis personas ha perdido la vida y han ardido unas 700 casas. Los fuertes vientos avivaban las llamas hacia varios suburbios del suroeste de Sídney el sábado.
“Llevamos así todo el día. Un incendio llegó por detrás y lo apagamos, pero luego llegó otro por el lado, así que los bomberos cubrieron de espuma la casa”, dijo Luke Wright, que ayudó a salvar la vivienda de su hermano. “La verja quedó dañada, pero eso fue casi lo único, tuvimos mucha suerte”, afirmó Wright a los medios locales.
El comisionado del Servicio Rural de Incendios, Shane Fitzsimmons, dijo que lo peor puede estar aún por delante, ya que se prevén temperaturas de 40 grados en los días próximos y no se esperan precipitaciones significativas hasta enero.
“Tenemos aún por delante un par de meses duros y ya hemos visto las terribles consecuencias de los incendios en esta temporada”, dijo Fitzsimmons al canal 9News el sábado.
fahl