La Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) prepara una estrategia de acción para enfrentar de la mejor manera el cambio climático, afirmaron expertos del Programa de Investigación en Cambio Climático (PINCC) de la casa de estudios.
Con motivo de la COP25, que se realiza en Madrid, España, del 2 al 13 de diciembre, Carlos Gay García y Clemente Rueda Abad subrayaron que el reto es para todos, e instituciones como la UNAM ya visualizan la mejor forma de contribuir.
Gay García, coordinador del PINCC, destacó que históricamente la UNAM ha estado preocupada por el tema, se ha involucrado y asesorado a autoridades del Gobierno Federal y a diversos gobiernos estatales.
“Desde el PINCC preparamos una estrategia de acción climática, de la cual derivará un programa para la universidad. Se pretende que todos participen: institutos, escuelas y centros, para reducir las emisiones y la demanda de energía, y adaptar a la UNAM ante el eventual cambio climático”, detalló.
Se debe proyectar qué pasaría en los salones de clase y con las actividades, si tenemos dos grados más de temperatura, ejemplificó. “El objetivo es reducir las emisiones y, posiblemente, llegar a las cero emisiones para 2050”.
Gay García recordó que la UNAM pertenece a la iniciativa internacional UC3 (University Climate Change Coalition), donde instituciones de México, Canadá y Estados Unidos revisan acciones como dejar de emitir gases de efecto invernadero y ayudar a los actores fuera de las universidades a cumplir sus compromisos climáticos.
En la elaboración de esta estrategia trabajan especialistas de diversas disciplinas, y deberá ser consensuada entre los diferentes actores para socializarla.
Entidades de la UNAM ya han hecho importantes esfuerzos para instalar celdas fotovoltaicas, y el fin es hacerlo de forma sistemática; además, tener transporte universitario eléctrico y revisar las instalaciones, precisó.
Rueda Abad destacó que actualmente el PINCC financia proyectos para examinar los escenarios climáticos en Ciudad Universitaria, como prospectivas sobre el beneficio de tener techos verdes o techos blancos, reducir el consumo de agua, analizar los efectos de las islas de calor, y desarrollar proyectos de movilidad y de uso de biocombustibles.
“Pensamos incluso verificar cómo enseñamos el cambio climático en la UNAM y quién lo hace y con qué materiales”, comentó el científico social.
La COP25 tiene la misión de consolidar el Reglamento del Acuerdo de París, que debe contener elementos metodológicos y mecanismos de ejecución, contabilidad de gases de efecto invernadero, transparencia, metodologías de revisión y evaluación de avance de las tareas de mitigación, y servir para todo el mundo.
Gay García recordó que muchas consecuencias del cambio climático, como huracanes intensos, sequías o lluvias torrenciales, fueron predichas desde 1979. “El clima lo vieron los científicos, pero lo van a arreglar los políticos; sin embargo, hacen demasiada política y tardan en tomar decisiones”.
“Con lo que sabemos se puede actuar, y no podemos seguir con este discurso. Los científicos haremos ciencia, pero los políticos no deben esperar al último grito de la moda para hacer algo”, finalizó Gay García.
DAMG