Ya no están de moda las telenovelas, lo de hoy son series de no más de diez capítulos. Pero lo que ha ocurrido con la negociación del acuerdo comercial entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC), ha sido un culebrón de larga duración.
El nacimiento mismo del T-MEC fue forzado por un villano que amenazaba con matar al papá del libre comercio de América del Norte. Fueron negociaciones difíciles con la pistola en la cabeza.
Y cuando estaba cerca un acuerdo, llegó el resultado electoral de México y la pregunta si un Gobierno que llegaba a no dejar piedra sobre piedra querría un acuerdo como el T-MEC. En ese capítulo, la 4T decidió darle su apellido al pacto trilateral.
Pero se ponía más emocionante la telenovela, los amores y desamores de los presidentes Donald Trump y López Obrador llevaron de la política de fronteras abiertas de la 4T a convertirse en la policía migratoria de los Estados Unidos, y todo por las serias amenazas arancelarias.
Y en medio, un pacto comercial firmado pero pendiente de ratificación para su entrada en vigor.
Para darle más emoción a la telenovela, aparecen en escena los demócratas que consiguen arrebatar la mayoría de los republicanos en la Cámara de Representantes y con ello compran el boleto de ser los responsables de la ratificación del T-MEC.
Y como para amarrar al público a su asiento, la historia da otro giro cuando esos demócratas pretenden llevar al presidente republicano a juicio político y el T-MEC queda en medio de las patas de esos caballos.
En ese río revuelto aparecen en escena nuevos villanos que quieren sacar ventaja de esa clara necesidad mexicana de ser parte de un acuerdo comercial con el Norte y no faltaron los que aprovecharon para reabrir las conversaciones e incluir sus exigencias sectoriales, como los temas laborales de los demócratas y los temas metalúrgicos de los republicanos.
Ha habido secretos, como aquel supuesto acuerdo para aceptar inspectores que negó el gobierno mexicano pero que denunció la iniciativa privada de este país. Una telenovela que ha durado ya muchos años y que de acuerdo con lo que dicen los negociadores, podría estar a punto de terminar esta temporada.
Claro, este culebrón ha parecido en muchas ocasiones estar cerca de un final feliz y nada. No es la primera vez que escuchamos que ahora sí, los demócratas le darán la oportunidad de completar el proceso legislativo.
Hay quien ve imposible que antes de la Navidad quede aprobado en Estados Unidos. Pero hay la insistencia de que, a pesar del proceso de juicio político que está en marcha en contra de Donald Trump, hay una negociación ya concluida entre todas las partes y que está cerca de ser una realidad el T-MEC.
En cualquier momento puede venir un cambio, spin up le dicen los expertos, porque los demócratas no quieren darle un beneficio electoral a Donald Trump, pero hay varios sectores productivos estadounidenses que ya quieren ver el final de este sufrido culebrón.