Corría el año de 1964 cuando Francisco Paquín Estrada se inició como un profesional del beisbol en la Liga Mexicana del Pacífico.
Y los primeros lanzamientos que recibió en su vida profesional fueron, de la otra gloria del beisbol mexicano, Alfredo Zurdo Ortiz.
“Estábamos en el juego inaugural de la liga de invierno del Pacífico jugando para los Mayos de Navojoa contra los Yaquis de Ciudad Obregón, y para el Paquín Estrada era su primer evento profesional como catcher. Sólo aceptó participar en tres innings, pues dijo que se sentía muy nervioso y pidió ser relevado. Yo le estaba lanzando bolas sin que diera señales, y esta misma práctica la hicimos años más tarde con los Diablos Rojos del México”, así lo recuerda el Zurdo Ortiz, ex pitcher de Diablos.
Y en la Liga Mexicana de Beisbol el Paquín tuvo una de sus mejores actuaciones en la temporada de 1968, justo cuando los Diablos fueron campeones.
Según relata el Zurdo Ortiz, el Paquín brilló como catcher y como bateador, pues conectó un jonrón decisivo para que los Diablos le ganaran a los Broncos de Reynosa, y con ello el campeonato.
“En 1968 los Diablos Rojos del México jugaron sin ningún extranjero y el Paquín Estrada fue designado como cuarto bat, pues era un jugador de hits y dobles, y respondió en esa posición. Además, él conectó un jonrón histórico en los playoffs contra los Broncos de Reynosa”.
“Desde mi óptica como beisbolista, el Paquín Estrada fue un catcher completo; es decir, un jugador que bateaba y era buen catcher. Aunque, reconozco que en los Diablos Rojos del México el catcher que llegó a tener el mejor brazo fue Sergio Kalimán Robles”, destaca el Zurdo.
Quien fuera su compañero por cuatro temporadas en los Diablos Rojos, comenta que el Paquín fue uno de los pocos catchers que no le daba señales, pues siempre dejaba que el Zurdo enviara los lanzamientos más fortíferos al pentágono.
“Fuimos buenos compañeros y amigos; él se fue en 1971 a las Ligas Mayores de Beisbol con los Mets de Nueva York, donde jugó poco, pero demostró que era un buen catcher. “Después regresó a México para jugar con los Pericos del Puebla y en otros equipos. Y nos encontramos nuevamente vistiendo la misma franela con los Bravos de León (Guanajuato) en 1987, cuando él era mánager y yo el coach de pitcheo. Siempre demostró que era un gran jugador y estratega en el beisbol”, precisa el Zurdo.
-Cuando fue la última ve que lo viste-, se le pregunta.
Fue hace dos años, y me comentó que ya tenía padecimientos cardíacos. Supe que le había hecho una cirugía a corazón abierto. Y hace 10 días le llamé su familia para saber cómo estaba, y me comentaron que estaba hospitalizado, pero estable…
“Hoy se nos fue una gloria del beisbol. Que su trayectoria sea un ejemplo para el beisbol mexicano”, enfatizó el Zurdo.
LEG