Los analistas más agudos, los expertos en la relación México-Estados Unidos, legisladores e, incluso, miembros del gabinete apostaban doble contra sencillo a que la nueva versión del Tratado del Libre Comercio de América del Norte, el hoy T-MEC, no sería aprobado este año y que el proceso electoral en la Unión Americana haría imposible la ratificación del dichoso instrumento.
No fue así. Algo sucedió en el camino que las negociaciones, atoradas por los demócratas en el Congreso de Estados Unidos, se destrabaron en estas últimas semanas. Los equipos negociadores de los tres países ubicaron las diferencias que aún prevalecían, particularmente en los ámbitos laboral, medioambiental, farmacéutico y del acero, surgidas esencialmente por presiones de la oposición norteamericana.
Del lado mexicano, la vía para la negociación técnica conducida por el subsecretario para América del Norte de la Cancillería, Jesús Seade, fue posible por el trabajo de quien encabeza la relación política con Estados Unidos, Marcelo Ebrard Casaubón (MEC).
Después de haber superado las crisis migratoria y de seguridad promovidas por el presidente Donald Trump, México logró abrir los canales de diálogo con los interlocutores republicanos y demócratas para allanar el camino a la versión revisada del acuerdo que había sido ya suscrito por los tres países.
¿Cuáles serán lo retos para nuestro país aprobado el T-MEC? Una vez establecidos los criterios para poner en marcha los paneles de controversia, México deberá ser extremadamente vigilante de que éstos se conduzcan apegados a los términos acordados y que no existan abusos por parte de los socios estadounidenses y canadienses. En materia laboral, habrá que transparentar los acuerdos a los que se han llegado y evitar que interpretaciones unilaterales impidan un flujo correcto de nuestras exportaciones a la Unión Americana.
Asimismo, en lo que se refiere a la industria automotriz y de autopartes habrán de conocerse las condiciones en las que fueron reforzadas las reglas de origen y el impacto que éstas tendrán para el mercado mexicano.
No cabe duda que los anuncios de ayer en Washington y Palacio Nacional son un respiro para la administración mexicana, para quien este nuevo acuerdo comercial representa una oportunidad para relanzar la imagen de nuestro país a nivel global. Permitirá atraer más inversiones, generar más y mejores empleos, darle un nuevo impulso a la economía y superar los retos a los que se ha enfrentado en materia de crecimiento.
El presidente López Obrador y su Canciller pueden hoy estar satisfechos de este inesperado resultado, así como del trabajo hecho por su equipo negociador.
Segundo tercio. Mal quedó la Coparmex al buscar atraer reflectores tras la culminación de las negociaciones del T-MEC. No se logró el objetivo de opacar el anuncio.
Tercer tercio. Cartel de postín mañana jueves en la Plaza México. Para la ya tradicional corrida guadalupana harán el paseíllo la figura tlaxcalteca Sergio Flores, el peruano Andrés Roca Rey y el aguascalentense Luis David, quienes lidiarán un encierro de Begoña, propiedad del empresario Alberto Bailleres.