La mayoría demócrata en la Cámara de Representantes materializó ayer el anhelo que formalizó el 24 de septiembre pasado, cuando comenzaron las audiencias para determinar si el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, debería ser sometido a un juicio político.
Lo será, porque los congresistas determinaron que el republicano cometió dos delitos: abuso de poder y obstrucción al Congreso. Y será, además, el cuarto mandatario en la historia del país en enfrentar un intento legislativo para removerlo.
Los cargos fueron anunciados por los presidentes de los comités de Justicia, Jerrold Nadler, y de Inteligencia, Adam Schiff, cerrando la fase de investigación al mandatario número 45 de EU.
En una rápida respuesta de Trump en Twitter, escribió: “Caceria de Brujas”, como ha denominado a este proceso desde que inició, y luego precisó que era algo “ridículo” y “no verdadero”.
Lo anterior, a pesar del informe del Departamento de Justicia divulgado esta misma semana, donde se determina que la investigación originada por la participación de Rusia en las elecciones estadounidenses de 2016 era justificada y no tenía fines políticos.
El jefe de gabinete de la Casa Blanca, Mick Mulvaney, dijo que los artículos dados a conocer no sorprenden a nadie, porque es lo que iba a pasar de todas formas.
Bajo el cargo de abuso de poder, el mandatario ejerció las atribuciones de su oficina para obtener un impropio y personal beneficio, ignorando o dañando el interés nacional: solicitó y presionó a Ucrania para interferir con la elección presidencial de 2020, señaló Nadler.
Luego se refirió al cargo de obstrucción del Congreso, asegurando que sucede cuando un presidente se declara a sí mismo por encima de la rendición de cuentas, por encima del pueblo y por encima del poder del Congreso para enjuiciarlo.
“Significa protegerse contra amenazas a nuestras instituciones democráticas, pues el presidente se ve a sí mismo por encima de la ley”, subrayó Nadler.
Trump es el cuarto mandatario envuelto en un proceso de este tipo. En 1869 se dio el primer caso contra Andrew Johnson, siguió Bill Clinton, en 1998 y Richard Nixon renunció en 1974, antes de que el proceso iniciará pero cuando era evidente que sucedería.
¿Qué sigue?
Tras el cierre formal de la etapa en la Cámara de Representantes hacia el fin de semana, el expediente se enviará al Senado, donde prima una mayoría republicana, afín al mandatario.
Fuentes de la Casa Blanca citadas por la cadena CNN indicaron que se pretende que la fase senatorial inicie lo más pronto posible, lo que significa que coincidirá con Navidad, aunque legisladores republicanos y demócratas prefieren iniciar en enero.
Al menos 20 senadores republicanos tendrían que votar en favor de removerlo y hasta ahora ninguno ha indicado que considere tal decisión.
Voto duro respaldará a Trump en 2020: académico
Por: Luis Fernando Reyes
A pesar del revés que representa para Donald Trump la acusación de la Cámara de Representantes, los números en las preferencias electorales no variarán, señaló Ignacio Martínez Cortés, coordinador del Laboratorio de Análisis en Comercio, Economía y Negocios de la UNAM.
“Trump tiene un voto duro muy amplio. Una cosa es el impeachment y otra cosa será el proceso electoral. Calculo que estará perdiendo uno o dos puntos de preferencia electoral. Sus números le ayudan: EU lleva 65 trimestres de crecimiento continuo”, señaló el internacionalista de la UNAM.
LEG