La actriz danesa Anna Karina, famosa por su participación en la cinta A woman is a woman (1961), con la que recibió el Oso de Plata en el Festival de Cine de Berlín, falleció a los 79 años, víctima de cáncer.
La intérprete también fue conocida por su trayectoria como modelo y cantante; debutó en las cintas de su entonces esposo Jean-Luc Godard, A woman is a woman, Vivre sa vie (1962), Band of Outsiders (1964), Pierrot le Fou (1965) y Alphaville (1965), de quien después se divorció.
Hanne-Karine, nombre real de la actriz, participó en más de 50 películas entre 1960 y 2008, cuando dirigió y protagonizó la cinta Victoria, además de que no se limitó al cine francés, sino que filmó algunas cintas estadounidenses.
A la par de su carrera en el cine, Anna Karina se desenvolvió como cantante pop; sin embargo, solamente lanzó dos álbumes, uno en 1967 para el musical Anna, y el segundo en 1999 bajo el título Une histoire d’amour, aunque también participó en dos adaptaciones musicales de historias clásicas de Hans Christian Andersen.
Nacida en Copenhague, Dinamarca en 1940, Karina fue criada por sus abuelos y su madre, quienes dirigían una tienda de ropa. Comenzó a modelar a los 15 años para revistas de moda danesas y fue un extra en algunas películas, antes de debutar como actriz en 1960. A los 18 años se muda a París, Francia, donde posa para las principales revistas de moda y realiza algunos comerciales.
Aunque Jean-Luc Gordard la buscó para un papel pequeño en la cinta Breathless, Karina declinó la oferta debido a que su personaje debía aparecer desnudo; sin embargo, el cineasta la contrató para su siguiente proyecto, Le petit soldat, que no fue lanzada sino hasta 1963. Al terminar de rodar la cinta, la pareja se había enamorado.
El papel por el que se recuerda a la actriz es el de la cinta A woman is a woman, en el que interpreta a una prostituta parisina, y donde, además, compartió créditos con las estrellas Jean-Paul Belmondo y Jean-Claude Brialy.
Son regard était le regard de la Nouvelle Vague. Il le restera à jamais.
Chez Godard surtout, mais aussi Rivette ou Visconti, Anna Karina irradiait ; elle magnétisait le monde entier. Aujourd’hui, le cinéma français est orphelin. Il perd l’une de ses légendes. pic.twitter.com/HpYeAqATQZ— Franck Riester (@franckriester) December 15, 2019