Qué porcentaje de ese 20% de aumento a los salarios mínimos debemos agradecerlo a la presión que desde hace años ejercen sindicatos de Estados Unidos y Canadá para homologar salarios en la región?

De acuerdo con la última Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo (ENOE) realizada por el INEGI, de los 47 millones de trabajadores que hay en el país, unos 9 millones ganan un salario mínimo.

Cuando éste se ubicaba en 88 pesos diarios, organismos internacionales denunciaron que se encontraba por debajo de la línea de pobreza, es decir, que era notoriamente insuficiente para cubrir las necesidades básicas de una familia promedio de cinco personas.

López Obrador decretó el primer aumento al mínimo y lo fijó en 102.68 pesos y de 176.72 solo para la frontera norte del país.

Con el aumento acordado ayer entre líderes sindicales, empresariales y representantes del Gobierno, el salario se ubica en 123.22 pesos; para la frontera norte el incremento sólo fue de 5 por ciento.

El aumento en términos porcentuales luce mucho, pero en términos nominales representa apenas un paliativo.

Sobre todo porque el aumento al mínimo no significa que en las revisiones contractuales, los sindicatos vayan a obtener el mismo porcentaje de aumento para sus trabajadores.

Pongamos como ejemplo el sector automotriz.

Con su peor caída en ventas en años, con despidos en algunos casos y en otras con jornadas terciadas para evitarlos -trabajar tres días en lugar de cinco-, sería imposible que los sindicatos obtuvieran un incremento superior a la inflación programada para el próximo año.

De acuerdo con la última ENOE del INEGI, apenas 4 de cada 100 trabajadores gana más de 15,429 pesos mensuales; 67 ganan más de 3,080 y hasta 15,429 pesos al mes; y 29 de cada 100 ganan de 0 a 3,080 pesos mensuales.

Cierto que el aumento del 20% a los mínimos permitirá decir al Presidente, hoy en la mañanera, que su Gobierno está cumpliendo con los incrementos prometidos en campaña.

Pero tendremos que esperar la siguiente ENOE para conocer si efectivamente estos aumentos estan generando bienestar y que la economía comience a moverse nuevamente o si solo es una política de relumbrón.

****

Una carta del representante comercial de Estados Unidos, Robert Lightizer, enviada al subsecretario Jesús Seade en la que asegura que los agregados laborales que pretende establecer en su embajada en México le pareció suficiente al Gobierno de la 4T para dar por cerrado el tema.

Ligthtizer asegura que los agregados “no serán inspectores’’ y menciona que por el contrario, como ya ocurre con agregados en otros temas, estarán en México para ofrecer asesorías y hasta comprometer recursos, se entiende para asuntos de carácter laboral.

La carta fue comentada por Seade y luego por la mesa directiva del Senado, quienes se dieron por satisfechos con la explicación.

Explicación, por cierto, redactada con todo el sentido de calmar la gritería en México porque en ningún momento el representante comercial estadounidense se compromete a eliminar o a cabildear para eliminar el tema de la ley de implementación que discutirá el Congreso de su país.

Después no digan que se los volvieron a chamaquear.