El presidente Sebastián Piñera publicó un artículo en el New York Times donde asegura que Chile necesita una nueva transición, un nuevo pacto social que escuche a los ciudadanos para construir una sociedad más libre, justa y próspera.
“Necesitamos una agenda social ambiciosa, mantener un crecimiento sano de la economía y lograr un acuerdo constitucional con participación amplia e inclusiva, que refleje los valores y principios que han forjado nuestra nación”, aseguró el mandatario el mismo día que la Cámara de Diputados de Chile votó las primeras determinaciones rumbo a la redacción de una nueva constitución.
Con la mención a una nueva transición, el presidente hizo referencia a la primera transición, el proceso que hace 30 años permitió a los chilenos transitar de la dictadura militar, impuesta por Augusto Pinochet en 1973, a la democracia, mediante el plebiscito que dio lugar a nuevas condiciones nacionales con la oportunidad de elegir a los líderes políticos en las urnas.
“Hace 30 años, y con la firme voluntad de nuestro pueblo, recuperamos nuestra democracia en forma pacífica y dimos vida a una nueva y moderna república, basada en tres principios básicos:
“un nuevo compromiso con la democracia y el Estado de derecho, una economía de mercado libre —abierta y competitiva— y una firme determinación para derrotar la pobreza y una mayor igualdad de oportunidades”, indicó el mandatario.
En el artículo titulado “Una nueva oportunidad para el futuro de Chile”, Piñera también defendió el uso de la fuerza pública durante las manifestaciones, no obstante que ha sido señalado por autoridades nacionales y observadores internacionales como responsable de violaciones a derechos humanos por el actuar ilegal de fuerzas como Carabineros.
“Durante estos tiempos difíciles y violentos, mientras ejercimos nuestro deber de restaurar el orden público y la seguridad ciudadana, nuestro gobierno tomó todas las medidas y precauciones necesarias para garantizar el máximo respeto de los derechos humanos de todos”, aseveró el mandatario en el diario estadounidense.
En contraste, el último recuento del Instituto Nacional de Derechos Humanos (INDH) de Chile cifra en mil 434 las denuncias que ha recibido por violencia sexual, torturas y tratos crueles, uso excesivo de la fuerza durante detenciones y otros hechos registrados desde el 18 de octubre.
Además tres mil 461 han resultado heridas, mil 968 por heridas de munición como balas, balines y perdigones, y 357 presentan lesiones oculares infringidas por uniformados bajo el comando de Piñera, según el INDH.
“Concedimos a nuestro Instituto Nacional de Derechos Humanos pleno acceso a todas las instalaciones policiales y hospitalarias para realizar su tarea de protección de los derechos humanos en forma autónoma.
“Dimos la bienvenida a la alta comisionada de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos y a Human Rights Watch para que observaran de primera mano la situación del país”, escribió al respecto el mandatario.
“Hay evidencias que dan cuenta de abusos y uso excesivo de la fuerza. Todos estos casos están siendo investigados por la fiscalía y serán juzgados por los tribunales de justicia, como corresponde en una democracia y un Estado de Derecho”, agregó.
Ante las manifestaciones violentas, otras expresiones de descontento popular fueron pacíficas y expresaron su rechazo a la desigualdad, pensiones bajas, costo y calidad de los servicios públicos, abusos en el suministro de bienes y servicios, y otros problemas de décadas, agregó Piñera.
“Esta protesta social se convirtió en una gran oportunidad para construir un nuevo futuro para Chile. Es la expresión legítima de una democracia viva y vital, que nos dio la oportunidad de conectarnos mejor con nuestros ciudadanos y liderar una transición hacia una sociedad más justa y con mayor igualdad de oportunidades, donde el progreso y el desarrollo sean más inclusivos y sostenibles”, escribió.
EFVE