Son épocas de estar con los seres queridos, de unirnos y poner en práctica nuestros valores. Sin embargo, estos tiempos también nos llevan a la reflexión y a no olvidar las historias negras que han manchado al gremio minero.

Desde hace más de 60 años, el Sindicato Nacional de Trabajadores Mineros, Metalúrgicos, Siderúrgicos y Similares de la República Mexicana está en manos de los Gómez Sada y Gómez Urrutia.

Napoleón Gómez Sada se eternizó en la dirigencia sindical por más de 40 años. Tras su muerte, la silla fue heredada directamente en 2002 a su hijo Napoleón, el que siempre fue visto como un chiquillo, de ahí el sobre nombre de Napito.

Napito sin tener idea de lo que hacía, dijo sí a la Secretaría General y así nacen un sinfín de mentiras y transas hechas por este personaje.

De inicio, Napito no podía ser dirigente, no cumplía con un sencillo, pero básico principio: no era minero, ni un solo día lo fue y no contaba con 5 años de oficio que exigía el estatuto del sindicato.

Nunca había pisado una mina, ni manipulado maquinaria, y mucho menos había convivido con la base trabajadora.

A pesar de ello, tomó el sindicato y se cumplió la voluntad del finado Napoleón Gómez Sada.

Fue la sección 120 de Ciénega en Coahuila quien se vio presionada y obligada a reconocerlo como delegado, sin siquiera conocerlo físicamente, así a golpes de engaños logró sentarse en la silla que le ha quedado grande.

A su llegada al sindicato, Napo, reformó los estatutos para autonombrarse representante de los mineros, pero además creó la figura de presidente, nadie, ni el comité nacional tendría más poder que él.

Los inmuebles, las cuotas, los trabajadores, todo le pertenecía. Para Napito el sindicalismo se ha traducido en fortuna de esto da cuenta la revista Proceso, en 2014 la publicación lo evidenció en el reportaje “Goza vida de multimillonario líder minero en el autoexilio en
Canadá”.

Se descubriría que con las cuotas sindicales compró un departamento de lujo en Vancouver con un valor de 1.8 millones de dólares, mismo que puso a nombre de su esposa, Oralia Casso.

En diversas publicaciones reportan la fortuna de los Gómez Urrutia y cuantifican al menos 5 mansiones ubicadas en la CDMX y Monterrey, además del uso de yates y del alquiler de mansiones, tal como muestra el Semanario Eje Central de agosto de 2019, en donde señalan la renta por parte de Napito de una mansión de lujo en Inglaterra con un costo de 160 mil pesos por noche, el semanario número 161 fue titulado “La Dolce Vita con cargo a los mineros”.

Una vida llena de lujos y excesos del Senador de Morena. Un peligro más acecha a los mineros y es que a pesar de sus múltiples cirugías plásticas, Napito no puede ocultar sus 75 años de edad.

Forma parte de la población de adultos mayores por lo que aseguran piensa ya en sus herederos, Alejandro y Ernesto, mismos que son señalados por la autoridad de engañar al Servicio de Administración Tributaria, el SAT, y es ahí donde los pocos mineros aún agrupados en su sindicato corren peligro de seguir con la misma historia de abusos y
despilfarros.

En mayo pasado el escándalo de los críos de Napito llegó al presidente Andrés Manuel López Obrador, quien dijo se investigaría el caso, sin embargo después de 7 meses curiosamente no han dado resultado alguno.

Napito muestra una vez más lo lejos que está de ser minero, no visitó ninguna mina, no convivió con los trabajadores, por el contrario, las fiestas las pasará en Londres, lejos de México.

@CarlosPavonC