@guerrerochipres
La historia de encubrimiento y abuso de poder, vinculada a la pedofilia en las iglesias, no ha terminado de develarse y está estrechamente vinculada con un debate que ha impedido históricamente la evolución de la Iglesia católica.
La necedad contranatura de defender un celibato que muchos violan tras bambalinas en la Iglesia católica, además de la vigencia de prácticas sexuales convencionales y diversas que se presentan en la Iglesia católica mexicana, está asociada con la crisis que los Legionarios de Cristo y otras congregaciones tienen desde hace décadas.
Según el presidente de la Conferencia del Episcopado Mexicano (CEM), Rogelio Cabrera López, “llega tarde y está incompleto” el informe de los Legionarios de Cristo, el cual agrega precisión a denuncias presentadas desde los años cuarenta, tenuemente insinuadas en los años 80, pero claramente difundidas a nivel nacional e internacional gracias al Hartford Courant y a La Jornada en 1997.
La congregación religiosa reconoció que de 1941 a la fecha, 175 menores de edad fueron abusados sexualmente por 33 sacerdotes, en un hecho que da continuidad un proceso complejo que es detonado por la voluntad de las víctimas hace 22 años, indignados por continuas convocatorias en que Marcial Maciel se presentaba como campeón de los jóvenes en eventos que respaldaba el papa Juan Pablo II.
En 1997, cuando presenté en México las primeras denuncias públicas en un medio iberoamericano, después de hablar con José Barba y sus valientes compañeros, la reacción de los medios fue de absoluto silencio, salvo en el caso de Canal 40, en el programa que al respecto generó Ciro Gómez Leyva y que estuvo conectado a las primeras andanadas contra la publicidad en ese medio, provenientes de algunas empresas que creyeron a pie juntillas en Maciel.
De ese silencio no me parece y no recuerdo que haya sido un disruptor el clérigo Cabrera López, quien ahora plantea que no se explica cómo “un modelo nefasto de encubrimiento” como el de Los Legionarios fue posible durante tantas décadas. Inexplicable fue el silencio de muchos actores, algunos de los cuales, se negaron a declarar en ese momento. Ya se mencionarán en otra ocasión.
Hace veintidós años dí a conocer que el superior general de los Legionarios de Cristo había abusado sexualmente de varios ex legionarios y que era consumidor de derivados de morfina. En ese momento, la defensa negó rotundamente las acusaciones, incluido el cardenal Norberto Rivera, amigo y beneficiario-benefactor de los Legionarios.
En el presente, con la abolición del secreto pontificio hecha por el papa Francisco, un hombre que contribuye a recuperar la fe con su transparencia, la pederastia vuelve al ojo de la opinión pública global.
El próximo 20 de enero se dará a conocer el resultado de la investigación en una reunión especial de los Legionarios. Buena parte de las víctimas atravesaba la infancia, la pubertad y la adolescencia. Los responsables de dichos abusos son, al menos, 33 sacerdotes.
En el caso de Maciel, el juicio sucedió a destiempo, tras una vida de excesos y una vez que el sacerdote ya había fallecido.