Foto: Pixabay Según los expertos, el trastorno de la personalidad no es una enfermedad, sino una alteración estable del carácter que conlleva la pérdida parcial o total de la capacidad de adaptarse  

Los científicos de la MGPPU (Universidad Estatal de Psicología y Pedagogía de Moscú, por sus siglas en ruso) descubrieron nuevos vínculos entre las peculiaridades de la personalidad y la conducta arbitraria.

Según los autores, los resultados de la investigación tienen una gran importancia para el examen psiquiátrico médico forense integral. La información sobre la investigación está publicada en la revista Psijologuia y Pravo (Psicología y Derecho).

A pesar de la atención que prestan los científicos a los delincuentes con graves trastornos mentales, no han sido suficientemente estudiados hasta ahora los factores de la agresividad de personas con trastornos límites de la personalidad. Entre los acusados se encuentran con mayor frecuencia individuos con trastorno orgánico de la personalidad.

Según los expertos, el trastorno de la personalidad no es una enfermedad, sino una alteración estable del carácter que conlleva la pérdida parcial o total de la capacidad de adaptarse a las condiciones en la sociedad.

A diferencia de esto, los trastornos mentales orgánicos se caracterizan por la alteración de funciones del sistema nervioso central o alteraciones en el cerebro que no afectan la imputabilidad.

Los modelos actuales que explican las causas de la agresividad representan la conducta como una interacción complicada de factores personales (proagresivos y antiagresivos) y situacionales, a diferencia de los modelos simplificados, que dan preferencia a solo un grupo de factores. El trabajo de los científicos de la MGPPU desarrolla y precisa el paradigma actual de investigaciones de la agresión.

“La investigación puso de relieve que en los delincuentes con trastornos de la personalidad predominan factores proagresivos con la formación insuficiente de factores que suprimen la agresividad, mientras que se puede decir lo contrario sobre los delincuentes mentalmente sanos.

“En los acusados con trastornos mentales orgánicos los factores que contribuyen a la agresión no se manifiestan igual que los factores que suprimen la agresión”, destaca el director del Departamento de Psicología Clínica y Forense de la Facultad de Psicología Jurídica de la MGPPU, Farit Safuánov.

Los científicos califican como factores proagresivos los siguientes rasgos de la personalidad:

• el carácter demostrativo;

• la irritabilidad;

• la inmadurez;

• una alta valoración de sí mismo;

• el egocentrismo y varios otros.

Los factores antiagresivos incluyen tales tendencias como la propensión a la conducta socialmente aceptada, la ansiedad, el control de deseos, un temor al castigo, el sentimiento de culpa, así como la habilidad a la empatía y varios otros.

La investigación mostró también que para personas con trastorno de la personalidad que manifestaron agresividad criminal en situaciones de maltrato psicológico, esta conducta no solo se debía a los rasgos personales, sino que fue la reacción a factores externos. Además, se descubrió que en estas personas se ponen en marcha mecanismos de defensa psicológica dirigidos a aliviar el maltrato psicológico.

Según los expertos, los delincuentes mentalmente sanos tienen tal distribución de los factores pro y antiagresivos que indican que los crímenes se cometen de forma consciente y planeada en condiciones neutrales, y la agresión tiene carácter pasional en condiciones de maltrato psicológico prolongado.

Los acusados con trastornos mentales orgánicos suelen cometer crímenes bajo la influencia de varios factores situacionales acompañados o no acompañados por el maltrato psicológico, mientras que la agresión premeditada casi no es típica para ellos.

En el ensayo participaron 325 personas acusadas de delitos contra las personas, incluidos individuos mentalmente sanos y otros que padecen trastornos de la personalidad y trastornos mentales orgánicos.

 

 

EFVE