Luego de la catástrofe que sufrieron los Cowboys durante la temporada regular de 2019 al quedar eliminados de los playoffs, después de liderar el Este de la Conferencia Nacional durante 15 semanas, se llegó a la conclusión en las oficinas del equipo que Jason Garrett no seguiría.
Garrett llegó al equipo en 2010 y siempre tuvo una cantidad considerable de talento a su mando, pero no pudo consolidarlo con un Súper Bowl.
Esta temporada se sabía que era la última de su contrato y que sólo una aparición en el partido más visto a nivel mundial le devolvería opciones reales para continuar como entrenador en jefe de Dallas.
El inicio fue prometedor, aunque la irregularidad no le permitió sellar con un boleto a playoffs los grandiosos números que registró el equipo a la ofensiva.
Al perder con Philadelphia en la semana 16, estaban a merced de las Águilas, que terminaron por sepultar las aspiraciones de los Vaqueros en la última semana de la temporada regular con el triunfo ante los Gigantes.
Pese a que Dallas ganó con autoridad a Washington, Garrett y compañía quedaron eliminados, así como el crédito de Garrett con Jerry Jones, dueño del equipo.
Durante su estadía al frente de Dallas, Garrett sólo llevó al equipo a playoffs en tres ocasiones. Una cifra con la que los aficionados de los Vaqueros terminaron por dejar de creer en él.
Jerry Jones y Jason Garrett sostuvieron una reunión en la que algunas fuentes indican que ambos optaron por tomar caminos distintos.
Ahora Jerry Jones tendrá la labor de encontrar al entrenador que sepa dirigir el talento que tienen en Dallas y por fin pueda terminar la larga sequía sin títulos que tiene a los aficionados de los Vaqueros muy decepcionados.
fahl