En el año que recién concluyó se lograron avances importantes que marcaron el inicio del cambio de régimen, pero sería un error pensar que quienes por décadas se beneficiaron del statu quo no opondrán resistencia a las acciones transformadoras que empezaron a romper con el orden de las cosas del pasado. Por ello, uno de nuestros propósitos para este 2020 es seguir defendiendo y expandiendo los valores de la Cuarta Transformación de la vida pública del país. No será algo sencillo. Cambiar la conciencia colectiva de una sociedad requiere de constancia, tenacidad, compromiso y efectividad.

Durante el primer año del actual Gobierno se demolió la tolerancia a los actos de corrupción que por décadas fueron considerados como muestra de poder, y cuya comisión llegó a convertirse incluso en una aspiración para muchas personas. En contraposición, la honestidad está ganando terreno: ya no se admira a quien reúne una fortuna a costa del erario, sino que se le combate y persigue. Uno de los proyectos más importantes para este año es seguir atacando la corrupción con las herramientas que se crearon en 2019, pero también promoviendo la honestidad como un principio transversal de la vida pública.

Otra de las reformas que se empezaron a aplicar desde el inicio de la administración fue la cancelación de los privilegios a los cuales las autoridades del antiguo régimen tenían derecho. Servir al país no precisa de este tipo de excesos. Durante el 2020 seguiremos construyendo una administración pública responsable y comprometida con la mejora de las condiciones de vida de la mayoría y no con la defensa de intereses personales.

Otro objetivo central para este nuevo año es seguir generando mecanismos para disminuir al mínimo los índices de impunidad en el país. Nuestro sistema de justicia se encuentra en crisis. La mayoría de los delitos no son denunciados, y cuando se denuncian, no son resueltos en su totalidad. Además, durante décadas, los grandes ilícitos cometidos por la alta burocracia no eran castigados. Ahora hemos iniciado cambios de largo aliento a nuestro sistema de justicia; profundizarlos y llevarlos a la práctica será una de las acciones en las que nos empeñaremos durante el 2020.

Éstos son algunos de nuestros propósitos para el año que empieza. De lograrlos depende que avancemos hacia la Cuarta Transformación de la vida pública nacional, a fin de concretar el cambio de régimen y, finalmente, desterrar los vicios que por tanto tiempo mantuvieron maniatado a México.

Crear un hábito personal requiere, según especialistas, repetir la misma acción durante 21 días. Cambiar la conciencia, el comportamiento y la realidad de una sociedad necesita de un esfuerzo y compromiso sostenidos durante un tiempo mucho más largo. Con esto en mente trabajaremos cada día de 2020 para lograr la construcción del país al que todos aspiramos.

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