Ángel Álvaro Peña

La economía en México para este año está prendida de alfileres, pareciera que su estabilidad no sólo depende de las fuerzas políticas del país sino de todos y cada uno de los mexicanos.

El año pasado, si bien no hubo recesión, se pospusieron algunos pagos de deuda, así como recursos retenidos de rubros importantes que debieron realizarse en 2019. De tal suerte que debe haber una gran disciplina del gobierno federal para poder crecer, aunque sea poco.

Desde luego que la economía que encontró la actual administración fue la de una guerra previa, donde el saqueo no tuvo límites y la corrupción llegó a todos los niveles. Es tiempo de pensar antes de consumir y de vigilar la calidad de las compras, así como tener equilibrio entre lo que se gasta y lo que se gana.

Hay que obligar a que instancias como Profeco en realidad trabajen y no sean cómplices de gasolineros y malos comerciantes.

Sin embargo, existe un subejercicio anunciado por la Secretaría de Hacienda por más de 149 mil millones de pesos, aunque el presidente de la República prefiere decirle ahorro en lugar de subejercicio.

Es decir, el gobierno federal dejó de gastar esa cantidad que podrá ser abonada a las erogaciones de este año que comienza.

Por otra parte, el ahorro en la compra consolidada de medicamentos y material de curación para 2020, ascendió a 7 mil 344 millones de pesos, informó el gobierno federal mediante la Oficialía Mayor de Hacienda.

Es decir, se evitaron comisiones, intermediarios, chantajes, extorsiones, etc. en la compra de medicinas, lo que arrojará un ahorro de más de 7 mil millones de pesos, pero recordemos que la deuda de Pemex es una de las piedras más pesadas de la actual administración, porque se ubica en el epicentro del desarrollo económico de México.

De ahí que deba haber mucho cuidado en cada peso y en cada paso que se da en materia económica.
Desde luego que la iniciativa privada que está en contra de la Cuarta Transformación tiene todo el derecho del mundo de aumentar el precio de sus productos, tal es el caso de los productos Bimbo y Marinela, que fundó Lorenzo Servitje, famoso no sólo por crecer al amparo de los gobiernos panistas y priistas sino por encabezar una campaña de desgaste contra las sujeciones y normas del gobierno, denominada Campaña Por lo Mejor, donde se mostraba una tendencia a ponderar precisamente la comida chatarra que vende él y sus congéneres, reacios a sujetarse a las medidas de austeridad y salubridad del actual gobierno.

La economía es una materia en la que tanto gobernados como gobernantes deben guardar una rígida disciplina. Si bien no hay aumento de impuestos ni de precios por los servicios del gobierno, tampoco hay endeudamiento ni reducción en la tasa de empleo, y debemos recordar el histórico aumento al salario mínimo que se realizó con el consenso entre la Iniciativa Privada y el gobierno federal.

A pesar de todos los malos augurios, no parece que sea un año negro y puede que haya un poco de crecimiento, tomando en cuenta que anteriormente la deuda se pagaba con más deuda, situación que hasta el momento no se ha hecho.

Los optimistas aseguran que creceremos hasta un dos por ciento este año, aunque los pesimistas, que se confunden con los detractores, aseguran que otra vez estaremos tablas. Es decir, cero crecimiento, pero estabilidad.

Algo que debe hacerse no sólo en el gobierno sino entre los mexicanos es deslindar la pasión política que a veces suele desbordarse. Es decir, la economía es la clave de un buen gobierno y a tres días de que el año empezó no falta quienes aseguran que la gasolina va a subir y que el peso se va a devaluar, tal y como lo hicieron para desactivar el voto a favor de Morena hace dos años.

Por primera vez en la historia de este siglo el peso no se debilita ante el fortalecimiento del dólar, lo cual habla muy bien de esa economía que algunos quieren ver en ruinas.

Esta es una señal de solidez de la moneda y de la producción que existe en México, y de su calidad y cantidad depende el trabajo de todos y cada uno de los mexicanos.

Así, desde la perspectiva de un posible crecimiento, la población debe tener paciencia, el gobierno ingenio y la disidencia apegarse a la realidad para que el país avance. De otra manera será muy difícil caminar por la senda del progreso.

Nadie puede asegurar, a estas alturas, que será un año malo o bueno. Desde luego los detractores del gobierno federal están seguros de ello, pero no tienen argumentos válidos para sustentar sus sospechas.
Lo mismo sucede con quienes garantizan crecimiento, porque los vaivenes del mercado, en medio de una crisis económica mundial, no pueden dar certeza sobre el destino del comercio y el intercambio de bienes y servicios de los que se responsabiliza al gobierno.

Las señales económicas del año que acaba de concluir no son malas, pero tampoco buenas. Las ruinas de la economía pudieron tomar aire; sin embargo, la estabilidad económica es vulnerable y puede haber factores políticos que lleguen a deteriorar las finanzas públicas, y la sociedad debe estar muy atenta para saber por dónde viene el golpe.

Por lo pronto el año pasado la oposición, herida de muerte, trató de evitar que el gobierno federal gobernara y casi lo logra.

 

PEGA Y CORRE. – Se propuso en la Cámara reformas al Código Penal Federal para que quienes comercialicen ilegalmente especies animales sean sancionados con hasta 14 años de cárcel y multas. Así también deben hacerse más rígidas y severas las sanciones contra quienes maltraten animales, porque hoy se maltratan animales y mañana se maltrata gente, sobre todo niños… Esta columna se publica los lunes, miércoles y viernes.

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