Los ajustes con el pasado se revisan cuando más se necesitan.
Para eso han sido siempre.
En tiempos recientes los utilizó Lázaro Cárdenas cuando le eran indispensable para evitar el maximato de Plutarco Elías Calles.
En fechas más recientes, cuando Luis Echeverría no se resignaba a abandonar la red presidencial usada por él desde sus tiempos de secretario de Gobernación.
-Todos los días me llamaba para darme instrucciones, hasta que me quejé con el presidente López Portillo –me dijo León Roberto García, embajador de México en Brasil.
Pero no hablaba y daba consejos solamente a miembros del cuerpo diplomático, sino hasta a secretarios de Estado.
Cansado de esa injerencia, López Portillo lo mandó a las Islas Fidji.
En 1981 lo encontré en Nairobi, Kenia, con un jugo de naranja en la mano.
Nos sentamos y platicamos en un intermedio de una reunión –una más- sobre medio ambiente.
Le pregunté si era cierto su intento de establecer un maximato al estilo de Elías Calles.
-No, yo respeto mucho a Pepe –me contestó.
Oteó la distancia y resumió con indiferencia:
-Nadie en México es capaz de retar a un Presidente, yo menos.
NO BASTAN ROBLES Y LOZOYA
Miguel de la Madrid operó distinto.
Su mensaje lo envió a través del encarcelamiento de Jorge Díaz Serrano, amigo personal de su antecesor.
Y a Ernesto Zedillo, caso distinto, lo convenció Fernando Lozano Gracia de la responsabilidad de Raúl Salinas en el crimen de José Francisco Ruiz Massieu.
Todos, como Enrique Peña con la detención de Elba Esther Gordillo, ganaron prestigio aunque pocos lograron legitimar su Presidencia.
Hoy falta alguien.
No bastan la condena al pasado ni la reclusión de Rosario Robles ni la persecución de Emilio Lozoya.
Se necesitan personajes de mayor peso y es el momento de rondar más de cerca al ex presidente Peña so pretexto de barrer la corrupción.
-Como se hace con las escaleras, de arriba abajo –dice el discurso oficial.
Para eso están los expedientes abiertos, pero sobre todo los cerrados y también son varios.
Los tienen, quién duda, el jefe de la Unidad de Inteligencia Financiera (UIF), Santiago Nieto, y el procurador General de la República, Alejandro Gertz Manero.
A ver quién se saca la siguiente (mala) lotería.
CASOS MONDRAGÓN Y SALES
Se han usado otros mecanismos contra funcionarios del pasado.
Por ejemplo, Manuel Mondragón y Kalb y Renato Sales Heredia participaron en la elaboración de los planes de seguridad para el Gobierno actual.
Seguramente los planteamientos gustaron a Alfonso Durazo Montaño porque les preguntó si podía utilizarlos en su nombre.
Mondragón y Kalb lo autorizó.
Era la reivindicación del doctor, dado su gran papel al frente de la policía del desaparecido Gobierno del Distrito Federal (GDF).
Los elogios a su plan auguraba la reivindicación de ambos, sobre todo del primero –hoy con problemas de salud, dada su avanzada edad-, pero no la hubo.
Se le quitó con un argumento irrebatible para el Gobierno llegado para desaparecer lo pasado y quienes lo contribuyeron a él.
Hoy ninguno aparece en el organigrama oficial y ya sabemos cómo está la seguridad pública en el país.