La de hoy es una de las noches más esperadas en el año; niños jóvenes y hasta los ancianos, los abuelos esperan la noche de Reyes para encontrar alguna sorpresa, pensando en que nos portamos bien y merecemos algo.
El ritual de los Reyes Magos se inicia con el envío de las cartas, pero en este año con la prohibición de los globos y las bolsas de plástico, los padres de familia ayudaron a los niños a buscar mecanismos de entrega inmediata a los Reyes.
En el Centro de la Ciudad de México se observan grandes filas de familias y niños que fueron al Eje Central y la Calle de Tacuba en donde se ubica la sede de Correos de México, en donde los buzones quedaron repletos de cartas de chicos y grandes que depositaron sus sueños y anhelos plasmados en una hoja de papel.
Muchas de esas cartas fueron fotocopiadas para asegurarse de que llegarían a su destino, otras se hicieron por duplicado desde que se escribieron a mano, porque hay quienes dijeron que en un buzón se ponían para entrega aérea y en otro para entrega por tierra.
Varias de las cartas tienen más de tres peticiones, como la de Carlos, un niño de nueve años que va en tercero de primaria y vive en la zona de Tacuba, quien llegó hasta las puertas de Coreos de México acompañado de su papá y de su hermano mayor a dejar la carta.
Otros de los deseos no se plasman en las cartas, sino que se piden con la fe y con el espíritu, se plantean deseos, algunos de ellos parecen inalcanzables, pero dejan la satisfacción de haberlo pedido y confían en que así será.
Enrique, un joven de 14 años, asegura que llegó al correo para acompañar a su mamá y a su hermana de nueve, a dejar la carta, pero que él no va en busca de pedir un regalo, con la mirada triste señala que “mi papá murió en agosto en un accidente y no pudimos despedirnos de él, chocó en la carretera y le avisaron a mi mamá que murió cuando regresaba de un trabajo al que había ido”.
Agrega que “si se pudiera le pediría a los Reyes que pudiéramos despedirnos, que él supiera que lo extrañamos mucho y que nos hace mucha falta, que mi mamá volvió a su trabajo y que pasamos mucho tiempo solos. Un mensaje para mi papá sería que lo extrañamos”, dijo ante su madre y su hermana.
Roxana y Gladys, dos jovencitas de 21 años, amigas de la escuela llegaron hasta el correo porque vieron mucha gente y se asomaron, se dieron cuenta de que había que hacer las peticiones desde ahí para los Reyes Magos: Roxana pidió sin dudarlo: “un novio que sea fiel” y Gladys pidió que su mamá deje de insistirle en que debe estudiar hasta acabar la universidad.
La Noche de Reyes también resulta de gran interés para los propios Melchor, Gaspar y Baltazar, pues aseguran que se sienten muy satisfechos de poder entregar amor sus hijos, haciendo realidad el sueño de un niño que anhela tener una bicicleta o una pelota.
La señora Samantha, de 34 años de edad ,tiene un hijo de siete y una niña de cuatro, a quienes les compró, acompañada de su esposo el señor Jesús, una bicicleta a cada uno de ellos, la pequeña con sus respectivas rueditas, además llevaban en sus bolsas juguetes diversos como muñecas, carritos y demás, en lo que se gastaron “alrededor de cinco mil pesos, o quizás un poquitito más”.
“La verdad es que rompimos nuestra alcancía, cada año hacemos lo mismo, mi marido y yo compramos una alcancía y nuestro compromiso es guardar solamente monedas de a 10 pesos y así juntamos un poco más de cinco mil pesos”, la mujer compartió con Notimex una foto de sus ahorros.
gac