Hay que asumirlo con responsabilidad: acabó el maratón Guadalupe Reyes 2019-2020. Esa rosca de Reyes de ayer con su chocolatito caliente marcó el colofón de una temporada de fiestas, recalentados y excesos. Claro, todos traemos bajo el brazo un amparo para comernos unos tamalitos el día de la Candelaria, pero hay que regresar a la disciplina.

Pero hay que estar conscientes que lo que viene por delante no pinta fácil, así que cuidar el bolsillo es un buen consejo para no acumular angustias.

Hay que recordar que un grupo de psicólogos y matemáticos calcularon que el día más triste del año se da precisamente en enero, y ya viene. Dicen los expertos que en este 2020, ese día será el próximo lunes 20.

No es por empezar a agüitarlo, pero no sería mala idea regresar a la realidad conociendo dos datos al inicio de este año. El primero, ¿qué nos dice la báscula del saldo de las fiestas? Y el otro: ¿ya vio cómo han subido los precios de algunos productos básicos?

Ya causan efectos en los precios de los básicos las modificaciones fiscales, tanto las aprobadas por el congreso federal como por los congresos locales. Hay aumentos que ya se notan en el gasto familiar.

Muchos estados aprovecharon las vacaciones para aprobar incrementos en los impuestos locales que afectarán a los ciudadanos cuando lleguen a la caja de la tienda y tengan que desembolsar más por los productos de siempre, muchos no sabrán de donde les llegó el golpazo.

¿Sabía usted, por ejemplo, que el gobierno de la Ciudad de México aumentó para este año el impuesto local a las bebidas alcohólicas? Y espérese a ver lo que cuestan ahora las tenencias, las licencias y hasta las actas de matrimonio y divorcio.

El día más triste del año está conformado por la báscula, la cuesta de enero, el pago de las deudas de lo que gastamos en las fiestas, el pago de impuestos y la realidad de que la primera quincena del año se nos va a escurrir entre las manos.

Quizá sea necesario que a esa ecuación del día más triste del año le añadan el hecho de que la economía mexicana no pinta muy bien que digamos este año y que entonces la cuesta de enero puede alcanzar a febrero y en una de esas hasta la primavera.

Hay que ver si las alzas en los precios de muchos productos básicos en este inicio de año, en combinación con el incremento al salario mínimo, no producen una burbuja en los precios que además de afectarnos como consumidores haga que el Banco de México se ponga otra vez estricto con su política monetaria.

Así que, es momento de atesorar esos buenos momentos que tuvimos durante las pasadas vacaciones y dedicarnos a cuidar el trabajo, a no gastar de más nuestro dinero y en administrar bien los pagos que vienen para sobrevivir a este arranque del año con su siempre famosa y difícil cuesta de enero. Ah, y de paso a perder esos kilitos de más.