Es difícil que una casa real caiga sin caos. La historia ha probado que eso de abdicar con voz pausada y marcharse en paz del trono no resulta común.

Por ello la caída de los Patriotas de Nueva Inglaterra no podía ser entre abrazos de despedida. Por ello el desplome de Tom Brady era imposible entre compañeros y rivales loándolo, algo así como en el futbol de pelota redonda al ser sustituido al minuto 89 o en el beisbol al salir del dugout y quitarse la gorra saludando a los cuatro lados del parque.

Los Patriotas buscaban el milagro, como siempre en las últimas dos décadas, en su jugador número 12. No había sido un partido brillante para Tom Brady. Apenas algo más de 200 yardas pasadas y un porcentaje de lanzamientos atinados ligeramente superior a la mitad. Sin embargo, su sola presencia relativizaba el tiempo, dando a entender que catorce segundos podían estirarse mucho más, que 99 yardas se surcan en un suspiro. Entonces vino el desvío, un rebote, y la intercepción. Qué duro es perder para quienes no están acostumbrados a hacerlo.

Nueva Inglaterra era derrotado en casa. Ajeno a esa era en la que los mariscales de campo se retiraban por los estragos de tantos golpes, casi advertidos de que continuar en el juego arriesgaba su mero caminar o hablar, Brady entró de inmediato al debate que nunca hubiese esperado: que quizá deberá retirarse porque ya no puede competir… o no al mismo nivel que le obsequió más anillos de Super Bowl que a ningún otro quarterback en la historia.

Peyton Manning, quien como Brady y a diferencia de sus antecesores dispuso de salud hasta el final, decidió dejar el emparrillado tras coronarse en febrero de 2016 con los Broncos. Determinación que Brady ya pudo tomar con el título un año después, aunque imposible culparlo al ver que llegaría todavía a otros dos Súper Tazones y alzaría otra corona más.

¿Es este el momento indicado? ¿Tiene sentido explorar otra temporada, sea en un sitio diferente a Nueva Inglaterra o ahí mismo pero con un proyecto distinto al actual? Preguntas de difícil respuesta.

Brady lució humano por primera vez, impotente y superado, en ese caos en el que se desplomó el monolito de los Patriotas. Toma de la Bastilla en forma de carambolesca intercepción, en la historia como en el deporte suele ser así, y sólo así, como un rey toca el suelo. La duda es si este monarca ve motivos y halla fuerzas para levantarse.

Twitter/albertolati

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