Por carecer de antecedentes es noticia.
Margarita Ríos-Farjat fue investida ministra de la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) con todo el apoyo del Estado.
No estuvo el titular del Poder Ejecutivo, pero sí varios miembros del gabinete, coordinadores parlamentarios y representantes empresariales.
¿Por qué?
Primero hablemos de un dato.
Ella es expresión del apoyo otorgado por Alfonso Romo, el jefe de la Oficina de la Presidencia de la República.
Contra ella competían Ana Laura Magaloni, mujer de largo currículum académico y muchos méritos, y Diana Álvarez, subsecretaria de Gobernación.
Ríos-Farjat fue muy bien arropada desde el Senado de la República, donde la operación de Ricardo Monreal le dio 94 votos.
Una cifra altísima porque se esperaba mayor competencia, pero se distanció de las otras dos candidatas: Magaloni tuvo 25 y Álvarez apenas dos.
Como lo dijimos aquí a inicios de noviembre, resultarían inútiles la suma de respaldos de organismos de abogados, académicos y constitucionalistas a Magaloni.
DIÁLOGO CON TODOS LOS SENADORES
No fue gratuito el respaldo del Senado.
Hizo una operación de hormiga con los 128 legisladores de Paseo de la Reforma pero, sobre todo, con los coordinadores parlamentarios.
No dejó a nadie fuera.
Apoyada por lobistas, habló con Ricardo Monreal, obvio, quien le garantizó la mayoría de los senadores del Movimiento de Regeneración Nacional (Morena).
Siguió con Mauricio Kuri, de Acción Nacional (PAN); y Miguel Ángel Osorio Chong, del Partido Revolucionario Institucional (PRI).
No fueron ajenos tampoco Dante Delgado, de Movimiento Ciudadano (MC); Miguel Mancera, del Partido de la Revolución Democrática (PRD); y Manuel Velasco, del Partido Verde Ecologista de México (PVEM).
Mientras tanto, otra operación surgía desde la Plaza de la Constitución.
Refieren senadores el respaldo dado por la jefa de Gobierno de la Ciudad de México, Claudia Sheinbaum, a Ana Laura Magaloni.
Interés entendido porque ambas tienen trayectoria en la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), amén de amistad y objetivos académicos.
Esta gran labor de convencimiento explicaría, dicen los informantes, por qué juntó en la Sala de Plenos a legisladores de todos los partidos y funcionarios de Gobierno.
EL CONGRESO APURARÁ LAS REFORMAS
El Gobierno y su partido han asimilado un consejo de la abuela:
-No dejes para mañana lo que puedas hacer hoy.
Por ello los coordinadores oficialistas en el Congreso de la Unión se disponen a hacer una serie de aprobaciones en el próximo período.
Ricardo Monreal y Mario Delgado quieren aportar todos los instrumentos para no esperar la segunda parte del sexenio.
Es una diferencia marcada con el peñismo: entonces las reformas se dieron en el primer año, ahora saldrán antes de cumplirse dos.
Ayer Monreal bosquejó un plan para impactar muchos ámbitos: amnistía, fuero, reforma judicial, sistema financiero, otra reforma electoral…
En total 18 temas que transitarán de la Cámara de Diputados al Senado y viceversa.
Ya están las negociaciones y, salvo el PAN, los demás partidos parecen dispuestos a darle un bono más a la administración actual.