El bombero Andrew O’Dwyer, de 36 años de edad, y uno de sus compañeros, Geoffrey Keaton, fallecieron el pasado 19 de diciembre cuando volcó el camión en el que se dirigían a enfrentar un incendio forestal en Buxton, al sur de Sydney, Australia.
El pasado martes se llevaron a cabo los servicios funerarios para despedir a Andrew miembro del Departamento de Bomberos Rurales de Nueva Gales del Sur.
El emotivo servició se llevó a cabo en la Iglesia de Nuestra Señora de las Victorias en Horsley Park, Western Sydney; donde se reunieron amigos y familiares, así como la Brigada de Bomberos Rural local.
Fue la hija de Andrew, Charlotte, quien conmovió a los asistentes, pues la pequeña de menos de años permaneció tranquila sin alcanzar a comprender que ese día se despedía de su padre.
El comisionado de los Servicios de Bomberos Rurales, Shane Fitzsimmons, se quebró al obsequiarle el casco que usaba Andrew y darle una medalla de servicio, otorgada póstumamente.
“Charlotte, tu padre es un hombre especial y altruista, que sólo se va porque es un héroe”, le dijo Fitzsimmons.
Momentos después, la niña de 19 meses de edad se recostó debajo del ataúd de su padre y comió una bolsa de papas fritas, con una sonrisa.
El padre de Andrew, Errol, afirmó que el despedir a su hijo es lo más difícil que había hecho, y lo describió como “alma libre, que se preocupa por los demás, y el que tiene el mayor logro es … su pequeña hija”.
Con información de medios
fahl