Ningún tema de fondo se tocó en el primero de los cuatro días del encuentro de embajadores y cónsules con el presidente López Obrador y parte de su gabinete.
Salvo el hecho de que el jefe de la Oficina de la Presidencia, Alfonso Romo, pidiera al cuerpo diplomático salir a vender al mundo los proyectos emblema de este Gobierno:
El Tren Maya, cuya construcción sigue en veremos por la oposición de grupos indígenas y lo que queda del EZLN, la refinería de Dos Bocas, que sigue construyéndose en terrenos pantanosos que ya se inundaron una vez en octubre pasado.
También el aeropuerto de Santa Lucía, que ni siquiera lleva un avance del 5% pero cuya inauguración esta programada para el 21 de marzo del 2022 o el Presidente se cambia de nombre y el Corredor Transístmico.
Este último tiene el mayor avance y es quizá el que menos publicidad ha tenido.
Como las representaciones comerciales y turísticas de México en el mundo fueron cerradas “por corruptas’’, los embajadores y cónsules tienen que hacer tareas que no les correspondían y para las cuales no están preparados.
Imagínese a un empresario extranjero queriendo invertir en el sector energético, ¿qué podría ofrecer si desde el inicio del Gobierno se cambiaron las reglas de inversión?
Se cancelaron las rondas petroleras y se cambiaron las reglas para invertir en energías limpias; se modificaron los contratos de construcción de los gasoductos y se canceló la construcción del aeropuerto capitalino.
Aún con estos antecedentes, Romo pidió a los embajadores y cónsules promover la inversión en México, sobre todo en esos grandes proyectos.
“No podemos darnos el lujo de cambiar las reglas de juego, si no no habrá inversión’’, dijo el súper asesor.
Lo hubieran pensado un año antes.
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Por cierto el presidente López Obrador dijo que gracias a la política exterior aplicada por su Gobierno en Latinoamérica ya ven a México “como el hermano mayor’’.
Seguro tiene otros datos porque el asilo concedido a Evo Morales, el reconocimiento al régimen de Venezuela en contra del sentir de todos los países de América -con tres excepciones- y varios de Europa, colocaron a nuestro país en una incómoda posición, casi de cachirul.
La reunión del cuerpo diplomático continuará hasta el sábado, cuando anteriormente solo duraba dos días.
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La secretaria de Trabajo, Luisa María Alcalde, aclaró la situación legal del liderazgo del Sindicato Petrolero.
La funcionaria aseguró que la Secretaría del Trabajo no ha concedido la toma de nota, es decir, no ha extendido el reconocimiento oficial a la dirigencia que supuestamente debía terminar el periodo de Carlos Romero Deschamps en el 2024.
La dirigencia sigue siendo interina y de acuerdo con Alcalde este año tendrá que haber una elección bajo los nuevos parámetros, es decir, con el voto secreto y directo de los trabajadores petroleros.
También Alcalde informó que había tres solicitudes más para reconocer a sindicatos petroleros pero ninguna fue aprobada.
Cómo se ve, el sindicato petrolero sigue siendo un apetecible botín.
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En la guerra por las audiencias televisivas, TV Azteca, que dirige Benjamin Salinas Sada, comienza el año con un número que puede presumir.
De acuerdo a datos de Nielsen-Ibope, Azteca cerró el año con una penetración de más de 106 millones de personas y con 31.8 millones de televidentes al día.
Azteca sin embargo no se dormirá en sus laureles y prevé una reingeniería para fortalecer sus segmentos de información, entretenimiento, realities, análisis político y temas de actualidad, que son su apuesta para competir en este 2020 recién estrenadito.