Un niño de 11 años de edad consigue dos armas de grueso calibre y dispara en contra de sus compañeros, maestros y se suicida; en esta ocasión el escenario no fue Estados Unidos, el lamentable ataque del viernes pasado tuvo lugar en el Colegio Cervantes de Torreón, Coahuila y dejó como saldo dos personas muertas y seis heridos.

 

Estaba influenciado por un video juego, fue el argumento simplista que planteó el gobernador de esa entidad, el priista Miguel Riquelme, seguido de declaraciones pre juiciosas: la madre acababa de morir, el padre está ausente, estaba al cuidado de sus abuelos.

 

Sin embargo, hasta el momento no ha sido aclarado cómo es que ese buen estudiante que vivía con su abuela, consiguió las dos armas y quién le enseñó a utilizarlas, aunque la autoridad ha adelantado que las tomó de su propio domicilio.

 

El ataque en el Colegio Cervantes debe encender los focos rojos de los padres de familia, los profesores y las autoridades en todos los órdenes de gobierno; pues los motivos desesperados de José Ángel son los que a diario viven cientos de niños y adolescentes y que desafortunadamente se sumarán a la estadística de suicidios en nuestro país.

 

Una vez más llegan al debate público medidas como mochila segura, arcos detectores de metales, campañas de concientización, ¿qué nos hace pensar que ahora sí podrán funcionar?

 

Señalar culpables es lo más fácil dentro de una sociedad que normaliza la violencia, con una Secretaría de Gobernación que permite la proliferación de narcoseries al alcance de todas las edades, con una delincuencia organizada que recluta menores de edad para delinquir, con padres de familia preocupados en atender las necesidades económicas y no las emocionales y con autoridades escolares con falta de capacidad para detectar alertas en sus alumnos.

 

Y es que bien dicen que cuando la culpa no es de nadie: es de todos

 

Y en Pregunta Sin Ofensa:

La que tampoco podemos dejar pasar es la otra tragedia, la del sector salud, dice el Presidente que no hay aumento de cuotas en hospitales y que el desabasto de medicamentos sigue siendo un complot de las farmacéuticas ¿hasta cuándo asumirá el gobierno su responsabilidad por la crisis en el sector?