Para una gran mayoría de personas es llevadero escuchar que el Indicador Global de la Actividad Económica, el IGAE, tuvo una variación mensual negativa con respecto a su registro anterior.
A pocos les hace sentido escuchar que la Inversión Fija Bruta tuvo una caída de -8.7%, en términos reales en octubre pasado, con respecto a un año antes. O que el Indicador Mensual de la Actividad Industrial tuvo en noviembre una contracción anualizada de -1.7%.
Son datos que no dicen mucho. Pero a cualquier trabajador le hace sentido recibir la noticia de que debe pasar al departamento de Recursos Humanos, porque su contrato no será renovado. O simplemente, porque debe recoger la ficha de depósito de su liquidación.
Los complicados indicadores de la economía al final se reducen a mostrar cuál es la suerte de aquellos que participan en ella. El Producto Interno Bruto es un número enorme, pero dentro de él está el trabajador y la estabilidad que le da recibir puntualmente una quincena.
Los datos del comportamiento de los empleos formales registrados ante el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) tienen que leerse con el cuidado de que, en la economía mexicana, durante el último mes del año se da un proceso de finalización de muchos contratos, por eso la cifra suele ser muy elevada.
Pero dentro de los datos de diciembre de 2019 hay que ver que se les notan las consecuencias de una economía en franco estancamiento. Se dieron de baja 382 mil puestos de trabajo formales en diciembre pasado.
Y aun quitando esa característica propia del doceavo mes del año, la realidad es que es el número de despidos más alto para diciembre desde la crisis económica de 2009. Algo que hay que tomar en cuenta es que prácticamente 7 de cada 10 empleos perdidos eran permanentes.
Si se mete el filtro político, como tanto le gusta al actual Gobierno, tenemos que mientras Felipe Calderón, durante los primeros 13 meses de su gobierno presenció la creación de 226 mil plazas laborales formales, Enrique Peña Nieto, en ese mismo lapso, vio 230 mil nuevos empleos. Pero Andrés Manuel López Obrador y su 4T deben hacer frente a la pérdida de 36 mil 600 puestos laborales formales registrados ante el IMSS.
Lo más importante de esos datos del empleo, que sí se sienten entre la población, o de los complejos datos que son más técnicos, es tener conciencia que el estancamiento económico ha sido provocado por malas decisiones internas.
Es muy importante que el gobierno federal tome conciencia que hay decisiones que han resultado negativas para la economía y que si bien ser de humanos equivocarse, es de sabios aceptarlo y corregirlo.
Y para “ayudar” al Gobierno a estar consciente de lo que no ha funcionado en materia económica, hace falta que más personas le entiendan y exijan a la 4T que recomponga el camino. Porque mientras la popularidad presidencial siga gozando de cabal salud, no habrá corrección posible.
Y eso dañará más a la Inversión Fija Bruta, y también al empleo.
@campossuarez