Foto: Especial El daño que afectó la vida de varios niños tendrá una pena para el culpable de hasta 10 años de cárcel y 150 mil euros de multa  

Un ex sacerdote de 74 años de edad llamado Bernard Preynat, se confesó culpable de “provocarle dolor a los niños” al ser acusado de abuso sexual en Lyon, Francia.

 

El entonces cura admitió que tocaba, besaba en la boca y forzaba a niños de entre 7 y 15 años a recibir caricias reciprocas de tipo sexual. Esto sucedió de 4 a 5 veces por semana, de 1971 a 1991.

 

El caso se hizo público el verano del 2015 cuando Alexandre Hezez, una de las victimas envió un carta al Papa Francisco sobre lo que había hecho el clérigo y presentó una denuncia en la Fiscalía local.

 

La respectiva investigación, tanto religiosa como civil, reveló que el religioso fue victima de abuso infantil y que las primeras agresiones sexuales habían sido realizadas en 1962, a los 17 años de edad cuando monitoreaba colonias de vacaciones.

 

Durante su seminario siguió su comportamiento lo que llevó a recibir terapia psiquiátrica por orden de sus superiores de 1967 a 1968.

 

Después de ser ordenado sacerdote en 1971 su carisma e influencia lo llevó a crear un grupo de “scouts” donde los padres le confiaron a sus hijos para cuidarlos en “retiros” dentro y fuera del país.

 

A pesar de las denuncias aisladas durante esas dos décadas hechas por los “scouts”, aún era muy apreciado por la comunidad de Saint Luc. Fue hasta 1990 que el entonces arzobispo de Lyon, Albert Decourtray, resolvió el sólo cambiarlo de parroquia.

 

En el 2002 Philippe Barbarin se convirtió en arzobispo de Lyon y ocultó la situación a pesar de que Bernard le había confesado los abusos y que había dejado de hacerlo gracias a la terapia que tomó en 1991.

 

Fue hasta marzo del 2019 que condenaron a Barbarin con 6 meses de prisión incondicional por encubrimiento, y se aparto voluntaria y temporalmente de su cargo ante la iglesia .

 

Preynat fue desposeído de su condición de clérigo hasta julio de 2019 y aunque explica que cuando era joven, a su entender no cometía agresiones sexuales sino caricias y cariños, se arrepiente de lo que hizo y pide que el juicio se celebre lo más rápido posible.

 

Ante su solicitud, Fréderic Doyez, abogado del acusado criticó la demora (de 5 años) del juicio y agregó que son hechos que debieron ser juzgados hace 30 años sin llamar a la puerta de un obizpado.

 

El daño que afectó la vida de varios niños tendrá una pena para el culpable de hasta 10 años de cárcel y 150 mil euros de multa.

 

Con información de medios.

RYHP