Aunque no se ha hecho mucho ruido, la pugna por la dirigencia nacional del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE), está más caliente de lo que parece.
Incluye las directivas de las secciones del SNTE en todo el país, incluidas la 22, la 9, la 11, la 18 y la 7, de Oaxaca, Ciudad de México, Michoacán y Chiapas, que están en manos de la opositora Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE).
Las elecciones de los dirigentes seccionales se harán a través del voto libre y secreto, intransferible, según el líder del SNTE, Alfonso Cepeda.
El dirigente, que está por cumplir un año al frente de la organización después de la destitución de Juan Díaz Aguirre, aseguró que la profesora Elba Esther Gordillo no podría competir por ningún cargo debido a que no ha pagado en los últimos diez años sus cuotas sindicales.
Ayer por la mañana la profesora respondió que sus derechos sindicales y políticos están vigentes; no dijo nada más, pero ni falta hizo.
Quienes piensan que Gordillo quiere para ella la dirigencia nacional se equivocan; hoy mismo, si hubiera una elección abierta en el SNTE, la profesora tendría por ahí del 30% de la votación.
El plan de la maestra es mucho más elaborado; ha conjuntado a los dirigentes seccionales que se mantienen afines al grupo y de entre ellos -algunos participantes activos en las Redes Sociales Progresistas, que cumplió los requisitos para ser partido político-, podría surgir el candidato que compita a Cepeda por la dirigencia nacional.
Pero el tema no es, por mucho, parecido a las elecciones anteriores.
No solo por el cambio en las reglas de la elección sino porque el Gobierno de López Obrador ha concedido a la CNTE un papel protagónico que la disidencia no piensa desaprovechar.
Como no lo ha hecho con ningún otro grupo, ayer se reunieron en privado con los líderes de la CNTE el secretario de Educación, Esteban Moctezuma, y la secretaria de Trabajo, Luisa María Alcalde.
No hubo comunicado oficial sobre la reunión, pero al salir del encuentro los dirigentes de la CNTE informaron que tanto Moctezuma como Alcalde les garantizaron que el Gobierno no ha autorizado ningún documento del SNTE sobre cambio de reglas.
La oposición aseguró que Gordillo y Cepeda son “de la misma rama’’, y que llegarán a un acuerdo por la dirigencia.
Por eso pidieron -y dicen que los secretarios de Estado se comprometieron-, a establecer “piso parejo’’, para las elecciones locales y la nacional en el SNTE.
Dicho de otra manera, el Gobierno les abrirá la puerta; si ganan la partida bien, y si no, a encomendarse a todos los santos…
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Por cierto, hablando de sindicatos, uno de los candidatos a dirigir el sindicato de Pemex, Rubén Choreño Morales, ganó un amparo para que la Secretaría del Trabajo emita una nueva resolución a la petición de toma de nota que fue rechazada en enero pasado.
Textualmente, el amparo concedido a Choreño, es para que el director General del Registro de Asociaciones de la STPS, “se pronuncie nuevamente sobre la solicitud formulada por el aquí quejoso en el escrito presentado el veintitrés de enero de dos mil diecinueve, en el referido sumario obrero, respecto a la Toma de Nota de los acuerdos aprobados en la Convención General Extraordinaria de diecisiete de enero de 2019’’.
Hay varias intepretaciones sobre el amparo, incluida la del diputado Reginaldo Sandoval, líder de la bancada del PT en San Lázaro, que asegura que la STPS debe reconocer a Choreño como dirigente del sindicato petrolero.
La STPS ha guardado silencio.