Cientos de migrantes, en su mayoría jóvenes, caminaban el miércoles desde la frontera de Honduras alimentando una nueva caravana hacia Estados Unidos, pese a los acuerdos alcanzados por Washington con algunos gobiernos de Centroamérica para frenar la migración indocumentada.
Jóvenes con gorra y mochila en la espalda, mujeres con niños en brazos e incluso familias completas partieron durante la madrugada en un primer grupo de entre 600 y 800 personas, desde San Pedro Sula, en Honduras, hacia un primer punto en la frontera con Guatemala.
“Vamos hacia los Estados Unidos por una mejoría. Aquí no hay trabajo, no hay nada, por eso huimos a los Estados Unidos”, dijo Israel, un migrante hondureño que viajaba con su esposa y sus dos hijos, durante una entrevista concedida a una televisora local.
La caravana avanzaba por una carretera ubicada en el occidente del país que conecta al puesto fronterizo de Agua Caliente.
Testigos de Reuters dijeron que un segundo grupo con cerca de 500 personas salió la noche del martes con rumbo a la aduana terrestre de Corinto, también limítrofe con Guatemala. En ambos casos, los migrantes fueron convocados a través de redes sociales o bien se enteraron por medios de comunicación locales.
A finales de 2018 miles de migrantes centroamericanos salieron en caravanas desde sus países huyendo de la violencia y la pobreza, muchos de ellos buscaron asilo en Estados Unidos pero fueron rechazados.
Las inusuales movilizaciones, principalmente desde Honduras y El Salvador, tuvieron un fuerte impacto en la opinión pública internacional.
En Honduras, el 62% de la población vive en condiciones de pobreza, según el Instituto Nacional de Estadísticas (INE), y la violencia causó un promedio de 11 homicidios diarios en 2019, según cifras del Ministerio de Seguridad.
El presidente estadounidense, Donald Trump, firmó en los últimos meses acuerdos bilaterales con Honduras, Guatemala y El Salvador en materia de asilo, con el objetivo de que estos países reciban a migrantes de cualquiera de esos países mientras Washington decide sobre peticiones de asilo.
EFVE