Adrian Trejo

Haga de cuenta que usted arrienda un auto pero como no lo utiliza lo subarrendará para recuperar costos.

Eso es lo que pretende hacer el Gobierno de López Obrador con el “José María Morelos’’, el Boeing 787 Dreamliner otrora símbolo inequívoco de la corrupción y la ostentación y hoy, por obra y gracia divina, “orgullo de una nación’’.

El fracaso de la venta -que no era tal sino el traspaso del arrendamiento-, no ocurrió porque la aeronave “no sirve para vuelos cortos’’, como justificó el Presidente, ni porque no gustara su distribución interior, como pretenden justificar otros.

Nadie se interesó verdaderamente -muchos preguntaron, pero nada más-, porque los términos del traspaso no fueron atractivos.

El Gobierno quería recuperar por fuerza algo de lo que se había pagado por el uso de la aeronave; no había margen para la negociación porque el propio López Obrador comprometió gran cantidad de obras públicas a los recursos obtenidos por la “venta’’ del 787.

Sin interesados en arrendar el avión presidencial, éste volverá a México para tratar de interesar a empresarios mexicanos ya no en “su venta’’, sino en su renta, que puede ser por horas o por meses, de acuerdo con el folleto de promoción.

Y, aunque muchos fieles de la 4T, justifican con los más bizarros argumentos el regreso del avión presidencial, lo cierto es que fue un fracaso para el Gobierno actual que se dedicó, por años, a señalar a la aeronave como el colofón de la corrupción.

¨ORGULLO DE UNA NACIÓN¨

“La aeronave exhibe los símbolos más auténticos de México en diversas y variadas formas, distinguiéndose el Escudo Nacional, así como los colores patrios’’, dice el folleto promocional.

Quién sabe si el Presidente haya visto la publicación, porque el párrafo anterior desdice toodassss las críticas que como candidato y luego como jefe del Ejecutivo hizo al famoso avión.

La realidad se impuso.

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Lo que no se sabe aún es qué ocurrirá con todos los proyectos comprometidos por López Obrador, sujetos a los recursos que supuestamente se obtendrían de la venta del avión.

Carreteras, caminos rurales, clínicas y hasta apoyos a los deportistas, fueron promesas presidenciales que de alguna manera habrán de financiarse para no dejar mal parado al Presidente.

Porque ni siquiera hay la seguridad de que en la subasta a la que será integrado algún grupo o empresario se interesen en rentarlo o subarrendarlo.

A lo mejor si lo venden por piezas, recuperan algo de la inversión.

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La Secretaría de Trabajo y Previsión Social (STPS) interpuso un recurso de revisión ante un Tribunal Colegiado en el caso del aspirante a la dirigencia del sindicato de Pemex, Rubén Choreño.

Como le comentamos ayer, un juez federal amparó a Choreño y ordenó a la Dirección General del Registro de Asociaciones de la STPS emitir una nueva resolución respecto a la solicitud de toma de nota presentada al aspirante a suceder a Carlos Romero Deschamps.

El caso está ahora en manos de un Tribunal Colegiado quien deberá resolver el fondo del asunto y deteminar si Choreño debe ser reconocido como nuevo dirigente o si desecha la solicitud de toma de nota.

El asunto podría llegar a la Corte, si algunas de las partes se inconforma con la eventual resolución del Colegiado.

A ver.