El presidente Vladimir Putin anunció el miércoles medidas para impulsar la tasa de natalidad de Rusia, unas políticas a las que describió como vitales para el futuro del país y que costarían al menos 6,500 millones de dólares sólo este año.

 

Putin, quien sostuvo que Rusia se encuentra en una situación demográfica “muy complicada”, propuso pagos para las familias de bajos ingresos con niños pequeños a su cargo, subsidios para las madres primerizas, mayores pagos para las familias numerosas y la creación de más plazas en las guarderías.

 

“Nuestro deber histórico es responder a este desafío”, dijo Putin en un discurso televisado sobre el estado de la nación dirigido a la élite política de Rusia.

 

“El destino de Rusia y sus perspectivas históricas dependen de cuántos seamos (…) depende de cuántos niños nazcan en las familias rusas en uno, cinco, diez años, de lo que llegarán a ser”, añadió.

 

La población de Rusia se redujo drásticamente en la década de 1990 en medio de un duro clima económico y social tras el colapso de la Unión Soviética, y Putin ha enfrentado problemas demográficos durante gran parte del tiempo desde que llegó a la presidencia en 2000.

 

Los intentos anteriores de mejorar la situación no han tenido éxito, lo que ha causado preocupación entre los economistas sobre el impacto que tendrá en la economía el hecho de tener una fuerza laboral más reducida.

 

En 2018, la población de 147 millones de habitantes -cifra que incluye a Crimea aunque no está reconocida internacionalmente como parte de Rusia– se contrajo en 86.000 personas.

 

El Ministerio de Finanzas estima que las nuevas promesas sociales hechas por Putin costarán entre 400.000 y 450.000 millones de rublos (entre 6.500 y 7.310 millones de dólares) este año, y aumentará en el futuro.

 

El Ministerio de Economía prevé costos adicionales totales de más de 600.000 millones de rublos al año a partir de 2022, pero tanto esta institución como el Ministerio de Finanzas no esperan un impacto en la inflación.

 

 

CS