A unos días que la Cumbre Tajín vuelva a intentar deslumbrar a los mexicanos y los extranjeros, su organización empieza a cuestionarse como nunca antes en sus 20 años de existencia.
Hasta el momento se tiene un adeudo de 4 millones 300 mil pesos por salarios a entre 50 y 100 colaboradores de la Cumbre Tajín 2019, según la secretaria de Turismo y Cultura de Veracruz, Xóchitl Arbesú Lago, quien se desentendió del adeudo porque asegura que quien debe pagar es la Asociación Civil que manejaba el parque temático y que ya no operará más.
Es decir, es una deuda que no se pagará porque el Gobierno del estado de Veracruz simplemente se mantuvo al margen del orden y protocolo de un festival cultural que es su responsabilidad.
Como si no pasara nada, ahora la secretaria de Turismo de la entidad organiza eventos en los que el pago correspondiente puede estar en peligro, como es el caso de otros municipios, donde la tradición pareciera ser olvidada y asesinada por la ineficacia de las autoridades estatales.
Para la secretaria de Turismo la deuda no es del Gobierno del estado ni de la Sectur, sino de la anterior Asociación Civil Operadora del Parque Takilhsukut.
Pero el Gobierno de Cuitláhuac García Jiménez, al despedir a quienes siempre organizaron el festival, nunca tuvo la precaución de solicitar el estado financiero a quienes les arrebataba ese trabajo.
Esto nos habla de la novatez de quienes rodean al gobernador, quien deberá afrontar la responsabilidad de pagar algo que debió conocer previamente, pero como todo es juego y risas en el círculo alrededor del gobernador, nadie pone atención, y ahora la conmemoración de la Cumbre Tajín corre peligro no sólo de bajar la calidad, como ya sucedió el año pasado, sino de desaparecer.
La falta de conocimiento del trabajo que realiza el Gobierno del estado llevó a esta situación, que finalmente tendrán que pagar los veracruzanos, al anunciar la secretaria de Turismo que se interpondrá una denuncia contra esta asociación civil dijo que nunca ha habido una negativa de pago, pues están comprometidos con los colaboradores y con el proyecto de pueblos originarios con el que se trabaja en la zona del Totonacapan.
Resulta que los pueblos originarios saben perfectamente el proceso que se llevó a cabo desde el inicio de las celebraciones y la responsabilidad real corresponde al Gobierno del estado que se ha caracterizado por no pagar a los empleados que contrata, ya que no es el único pendiente que tiene en cuestión de salarios y deudas contraídas en esta administración.
No se trata de deudas de funcionarios anteriores, sino de la falta de atención y compromiso con quienes ellos mismos contrataron. Simplemente no pagan hasta que el empleado, proveedor o prestador de servicios se cansa de esperar o simplemente terminan demandando, con la pérdida de tiempo que esto implica.
La conmemoración cultural más importante del estado de Veracruz está agonizando a causa de la falta de conocimiento y ganas de trabajar de un equipo de personas que llega a las oficinas de Gobierno del estado sólo a echar relajo mientras los veracruzanos carecen de lo indispensable.
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